El astro del fútbol, David Beckham, se puso a coser, participó en una clase de arte y jugó un partido de fútbol con estudiantes en Manila, Filipinas, donde viajó esta semana como Embajador de Buena Voluntad de UNICEF.
Durante sus actividades, el futbolista puso de relieve la difícil situación de muchos jóvenes en ese país asiático.
El ex capitán de la selección del Reino Unido visitó un centro de apoyo de UNICEF que acoge a cerca de 130 menores de entre siete y 17 años, que fueron niños de la calle.
“Como padre, no puedo imaginar la vida de estos muchachos viviendo y trabajando en la calle”, dijo Beckham, quien felicitó al personal del centro por el amor, la guía y el cuidado que les ofrecen.
Se calcula que unos 250.000 niños viven y trabajan en la calle en Filipinas y UNICEF considera que son particularmente vulnerables a la violencia, el abuso y la explotación.