Boicot a la CNTE por ataque a periodistas

Al asesinato de Elidio Ramos Zárate y de Raúl Cano López en Juchitán, la Sección XXII de la CNTE, las organizaciones sociales y grupos armados que le apoyan suman agresiones y amenazas contra numerosos periodistas en Oaxaca.
Elidio era reportero del diario El Sur. Raúl, hermano de Manuel Cano, director del periódico Hechos. A un mes de su asesinato el 19 de junio se investiga a los encapuchados que dispararon a quemarropa en la cabeza al periodista.
El fotoreportero Mario Jiménez Leyva fue salvajemente agredido ayer por activistas del magisterio en la Plaza de la Danza y su equipo seriamente dañado, motivo por el cual presentó la querella correspondiente en la Fiscalía General del Estado.
Gracias a la oportuna y valiente intervención de los compañeros Edwin Hernández y Carlos Torres, Mario no resultó más lesionado. Los agresores están plenamente identificados en las fotografías que de inmediato circularon en las redes sociales.
Entre la avalancha de los mensajes de condena en Twitter rescato la puntual y puntillosa observación del columnista Felipe Sánchez Jiménez, quien espera que los directivos del diario en el que labora Mario Jiménez le apoyen en su denuncia.
Felipe desconfía en que esto llegara a no ocurrir, en virtud que el dirigente de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Rogelio Vargas Garfias, escribe en el medio en el que labora Mario bajo el seudónimo de Ricardo Rojo.
Una propuesta sumamente trascendente en defensa de la libertad de expresión, de la vida e integridad física de los periodistas, es la que hizo el colega istmeño Rey David Ávila López en el sentido de establecer un boicot informativo a la CNTE.
Los comentarios de los dos compañeros y amigos revisten gran importancia en la actual revuelta estallada por los activistas del magisterio dado que éstos demandan espacios y participación en los medios, pero son sus principales enemigos.
Al dar cobertura informativa a las movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación los periodistas hemos contribuido a fortalecer sus acciones de presión y chantaje contra el gobierno, algunas con ribetes guerrilleros.
Tiene mucha razón Rey David al proponer un boicot informativo a la Sección XXII de la CNTE, en principio por 72 horas. Los periodistas jamás debemos olvidar que lo que no está en los medios no existe y ésta es un arma devastadora.
No se trata de promover, de ninguna manera, la censura periodística, sino simple y sencillamente de exigir respeto a la libertad de expresión y a la vida e integridad física de los periodistas oaxaqueños y mexicanos en general.
Al igual que en el caso del crimen organizado y del narcotráfico que los dirigentes de la Sección XXII de la CNTE y de los grupos armados que les apoyan no se equivoquen, los periodistas no somos sus enemigos.
Los enemigos naturales de estos grupos son sus aliados o cómplices que les traicionan al enriquecerse a manos llenas a sus costillas. Ahí están a la vista de todos. Presumen públicamente su riqueza mal habida al utilizar como carne de cañón al pueblo.
De nada ha servido que diversas organizaciones, como Grupo Prensa Oaxaca, hayan exigido públicamente respeto al trabajo de los periodistas, porque los asesinatos, agresiones y amenazas en contra de éstos han continuado impunemente.
Urgente es, pues, buscar mecanismos de autodefensa desde los propios periodistas, porque lamentablemente no todos los medios impresos y electrónicos estarán dispuestos a apoyar la defensa de sus reporteros y fotoreporteros.
Es una triste y dolorosa realidad que a los propietarios y concesionarios de los medios no interese la defensa de sus periodistas, porque ellos cuentan con los suficientes recursos para contratar personal de seguridad para ellos y sus familias.
A la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y a la subsecretaría de Derechos Humanos de Gobernación (Segob), poco importan los asesinatos, agresiones y amenazas a los periodistas.
Dichos organismos y dependencia defensora de los derechos humanos están al servicio de los enemigos de la libertad de expresión y de los periodistas, por lo que es necesario ir a la denuncia ante los organismos internacionales.
Sólo de esta manera los periodistas oaxaqueños y mexicanos podemos exigir al Estado que respete y haga respetar la Ley en materia de derechos humanos, como es su obligación constitucional. No se trata de ningún favor ni privilegio alguno.
Indispensable es responsabilizar nacional e internacionalmente a los dirigentes de partidos, grupos de presión y de organizaciones sociales, así como a los grupos armados que les apoyan de los atentados y agresiones a los periodistas y sus familias.
Con el paso de los años, el juicio de la historia debe sentar en el banquillo de los acusados y condenar a estos dirigentes políticos. Los ataques a la libertad de expresión, los asesinatos, agresiones y amenazas a los periodistas no deben quedar impunes.
Obligación insoslayable de las autoridades estatales y federales es investigar exhaustivamente dichos asesinatos, atentados, agresiones y amenazas contra los periodistas. Gracias a Dios no hay nada oculto bajo el Sol ni hay crimen perfecto ni siquiera de Estado.
Indispensable es, también, consolidar la solidaridad y apoyo nacional e internacional de los periodistas. Todos estamos en la misma barca y si ésta hace agua naufragaremos y corremos el riesgo de hundirnos por igual.
Mantener el ejercicio de la libertad de expresión a plenitud es el gran reto ante las amenazas a ésta. Jamás olvidemos que sin libertad de expresión no hay democracia. Los ataques y destrucción de la democracia conduce irremediablemente a la dictadura.

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