El horizonte es aún más espectacular si se contempla desde el Cabo Norte, la latitud más septentrional del continente europeo.
Una forma de llegar hasta él es a bordo del barco costero Hurtigruten que, desde 1893, recorre el litoral noruego hasta Kirkenes, más al este.
Otra opción es viajar desde Tromsø (a 564 km) con un trayecto en tren que depara paisajes inolvidables o por una carretera que dibuja el escarpado litoral y bordea el Parque Nacional de Stabbursdalen, con el bosque de pino más al norte del planeta.
La esfera que señala el cabo corona la isla de Magerøy, unida a tierra firma por un largo túnel.
En el túnel está instalado el Nordkapphallen, el centro de visitantes que acoge exposiciones y una enorme cristalera con vistas al infinito.