Casa Blanca confirma a Earl Anthony Wayne como embajador de Estados Unidos en México

WASHINGTON.— La administración del presidente Barack Obama confirmó ayer la nominación de Earl Anthony Wayne como embajador de Estados Unidos en México.

En un comunicado, la Casa Blanca confirmó una designación que ya ha recabado el beneplácito del gobierno de México y que a partir de ahora deberá sortear un incierto proceso de confirmación en el Senado.

Diplomático con más de 35 años de experiencia, Wayne es casado y tiene dos hijos. Hasta la fecha se sigue desempeñando como número dos de la embajada estadounidense en Kabul.

La propuesta de Wayne se produce a dos meses de producirse la renuncia de Carlos Pascual como embajador, tras un proceso de reclamos y desencuentros con el gobierno de México a raíz de los cables filtrados por WikiLeaks en los que puso en tela de juicio la capacidad del Ejército mexicano en la lucha contra el crimen organizado.

El sucesor de Pascual —quien ha sido designado como Enviado Especial para Asuntos Energéticos del Departamento de Estado—, deberá esperar la confirmación del Senado antes de presentar sus cartas credenciales ante el gobierno de México, un proceso que podría consumir varias semanas.

La nominación de Wayne ha coincidido con la de Arnold A. Chacón como futuro embajador en Guatemala, en un proceso de reconfiguración de la mayoría de las representaciones de EU en Centroamérica que incluyen Honduras y Nicaragua.

En opinión de distintos analistas, la decisión de apostar por un diplomático de carrera y no por un cargo político de mayor peso, parece indicar que la administración de Obama ha preferido designar a un embajador que mantendrá un bajo perfil, tras la atropellada salida de Carlos Pascual y en medio de un delicado proceso político en México.

Diplomático con más de 60 años de edad y una amplia carrera Wayne ha sido —junto con personajes como el general Stanley McChrystal o el general David Petraeus—, una pieza clave en la estrategia de la administración Obama para reducir a su mínima expresión la narcoinsurgencia talibán y para tratar de reconstruir el tejido institucional de un país debilitado por una corrupción rampante y una sucesión de guerras de más de 30 años.

Antes de trasladarse a Kabul, Wayne se desempeñó como embajador en Argentina, país del que conoció lo mejor y lo peor, en medio una crisis derivada por el denominado caso de la Valijagate que lo enfrentó con el gobierno argentino de Cristina Fernández.

Relaciones con altos funcionarios

Hijo de un funcionario gubernamental y de una pianista y cantante de ópera, Earl Anthony Wayne nació en Sacramento, la capital de California. Tras el traslado de la familia a Concord y a San Francisco, entró en contacto con una de las sociedades más ricas y plurales de la costa oeste, una circunstancia que le descubrió su fascinación por la cultura y las tradiciones de otros países.

La ventaja geográfica llevó a Wayne a ingresar, primero, en la Universidad de Berkeley y posteriormente en las de Stanford y Princenton, donde concluyó sus estudios en ciencias políticas, aunque su verdadero amor por las relaciones internacionales reconduciría su atención diplomática y sus esfuerzos académicos.

Después de ingresar en el Departamento de Estado, Wayne tuvo una carrera meteórica de la mano de los secretarios Cyrus Vance y Edmund Muskie en 1980. Después se le promovió como asistente de los secretarios Alexander Haig y George Shultz, dos de las personalidades más respetadas en EU.

Luego de su paso por las embajadas de Marruecos, de China y Francia, Wayne pidió un permiso. Durante dos años, el diplomático se convirtió en corresponsal en asuntos de seguridad para el diario The Christian Science Monitor, una actividad que suspendió para regresar al servicio exterior como director de asuntos regionales de la oficina para el contraterrorismo.

Su retorno al servicio exterior marcaría el inicio de una trayectoria que lo llevaría a ocupar la Dirección de Servicios en Europa, la subsecretaría de Estado para Europa y Canadá, la jefatura de Misión de EU ante la Unión Europea desde donde coordinó las relaciones con la Unión Europea, la OCDE, el G-8, Asuntos Regionales Globales y Económicos y de Asuntos de Restitución de bienes confiscados bajo el nazismo.

Agencia El Universal