Chenonceau
Considerado como el más bello de todos los castillos franceses, Chenonceau parece flotar sobre las aguas del río Cher.
Fue un regalo del joven Enrique II a su amante Diana de Poitiers que a la muerte del monarca, su esposa Catalina de Medicis recuperó para la corona.
El castillo ha estado en manos siempre de mujeres de ahí que sea conocido como el Castillo de las Damas.