México, D.F.- Chavela Vargas vivió y murió al modo suyo, le canto al amor y al desamor, en todas sus formas y sentidos, sin tregua y sin convencionalismos, retrató el alma popular en sus canciones, su voz es magia mezclada con sentimientos íntimos desbordados de pasión.
Siempre honró su condición de «chamana» y la lealtad a sus públicos, heterogéneos y del mundo, por ello y por mucho más el pueblo se volcó a Garibaldi donde los mariachis no callaron, Macorina se transformó en viento y ahí estará por siempre.
Partió para reunirse con otros grandes que se adelantaron, veladas, bohemia y amor eterno, envidia de la buena, diría Facundo Cabral «lo que se pierde de gloria se gana de eternidad»…..»vida nada me debes vida estamos en paz»