Chile…niña de 11 años reactiva debate sobre embarazo infantil

El caso de una niña chilena de 11 años embarazada ha provocado un profundo debate nacional e internacional por las circunstancias en que quedó en estado y por las reacciones que ha generado -según nota de BBC Mundo-.

Ocurre la misma semana en que la Organización de Naciones Unidas conmemora el Día Mundial de la Población, poniendo de manifiesto el problema global del embarazo en las adolescentes.

En Chile el aborto está prohibido bajo cualquier circunstancia, lo que ha dividido al país porque se ha impedido interrumpir el embarazo, a pesar de que éste está poniendo en riesgo tanto la vida de la niña, conocida como Belén, como la del feto.

Belén no es un caso aislado: según el informe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) unas 16 millones de niñas menores de 18 dan a luz cada año -principalmente en el mundo en desarrollo- y tres de cada 100 de éstas son niñas menores de 15 años.

Sin embargo, el gobierno chileno elogió a la niña de 11 años -que resultó embarazada tras ser violada por su padrastro- por «la madurez» con que, se dijo, está aceptando sus circunstancias.

«(La niña) nos sorprendió a todos con palabras que demostraban personalidad y madurez cuando dijo que a pesar del dolor que le causó el hombre que la había abusado igual iba a querer mucho a su hijo”, dijo el presidente Sebastián Piñera.

Muchos, sin embargo, se pregutan ¿cuán madura es una niña de 11 años, tanto física como mentalmente, para tener consciencia del impacto real de un embarazo?

Complicaciones físicas.

«Los principales riesgos están asociados a la inmadurez del aparato urogenital femenino» explica a BBC Mundo la doctora Elena Rosciani, ginecóloga del Institutio de la Mujer en Argentina.

«Y esta inmadurez puede conducir a anormalidades en el crecimiento del feto, las cuales pueden provocar un parto prematuro y otras complicaciones».

Esta inmadurez del aparato reproductor significa que el útero no ha alcanzado su máximo desarrollo.

De hecho, una niña de 11 años que está comenzando la menarquia (la primera hemorragia menstrual) está en los inicios del desarrollo de sus órganos reproductores.

«Al inicio del desarrollo el útero es más pequeño, puede medir unos 5 o 6 centímetros. El útero desarrollado alcanza unos 7 u 8 cm. y este desarrollo completo se logra entre los 19 y 21 años» dice la ginecóloga.

Y un útero tan pequeño puede tener complicaciones para el desarrollo del feto o provocar un parto prematuro.

El doctor Jorge Parra, ginecólogo y representante en Ecuador del Fondo de Población de la Naciones Unidas, explica a BBC Mundo que un embarazo a edad tan precoz puede presentar también otros problemas.

«Las complicaciones más frecuentes en un embarazo de una menor de 15 años son la preeclampsia y la eclampsia: la hipertensión en la gestación» afirma el experto.

«Es una enfermedad que sólo ocurre en el embarazo y es una causa importante de muerte en la embarazada. Se sabe que las chicas menores de 15 años tienen mayor probabilidad de desarrollarla y la única forma de curarla es terminar el embarazo» agrega el experto.

«Pero también están los factores nutricionales de una chica que está en etapa de crecimiento y que al embarazarse, el feto puede captarle estos requerimientos nutricionales. Por eso hay un alta incidencia de anemia en este grupo».

Los embarazos tan precoces, agrega el ginecólogo, no sólo presentan problemas de gestación. También están las complicaciones durante el parto.

«Debido a que la pelvis de la adolescente está en formación, son comunes los partos obstruidos porque la pelvis pequeña impide el paso del feto. Los porcentajes de menores de 15 años que requieren cesárea es altísima, casi de 70% comparados con otros partos» indica el doctor Jorge Parra.

Y según la doctora Rosciani, del Instituto de la Mujer en Argentina, «también están las alteraciones psicológicas que un parto conlleva: mucho estrés, mucho esfuerzo y sobre todo, mucho dolor. Por eso es peligroso someter a una niña tan pequeña al trabajo de parto».

Mente en desarrolloTal como señalan ambos expertos, para la gran mayoría de las adolescentes gestantes, principalmente para las menores de 15 años, el embarazo casi siempre está vinculado a una maternidad no elegida.

En el caso de Belén, en Chile, se informó que el embarazo fue un producto de abuso y violencia sexual. Y esto, puede tener incluso más complicaciones que el propio embarazo.

La doctora Alexia Rattazzi, psiquiatra infantil del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) en Argentina, indica a BBC Mundo que «una niña tan pequeña no está lista mentalmente para un embarazo porque no ha alcanzado un desarrollo mental adecuado para enfrentar todas las cuestiones que implica la maternidad».

«A una menor de 11 años le falta aún transitar la adolescencia: las cuestiones de identidad, de creencias, de relaciones con los demás y con uno mismo que se construyen durante este periodo» dice la psiquiatra.

Además el caso de Belén implica también el hecho de que su embarazo fue resultado de una situación traumática: la violencia sexual de que fue objeto.

«Es difícil saber cuáles serán las consecuencias y efectos de estos traumas en un individuo, porque cada persona reacciona de forma distinta a ellos. Es posible que desarrolle estrés postraumático crónico, que es un efecto común en quienes fueron abusados sexualmente», afirma Alexia Rattazzi.

Según el doctor Jorge Parra, del UNFPA, el caso de Belén no es ailsado.

«En mis 25 años de práctica médica he visto casos de niñas de 12 o 13 años embarazadas -no he visto niñas de 11 años embarazadas. Pero puedo decir que estos embarazos casi siempre son resultado de la violencia».

«Y éste es un problema con un peso social importantísimo. Porque los estudios muestran que una adolescente embarazada pobre tendrá menores probabilidades de salir de la pobreza que sus pares no embarazadas».

El embarazo en la adolescencia, dice el experto, es un asunto de derechos humanos: porque significa el fin abrupto de la niñez, la restricción de la educación y la pérdida de oportunidades para la mujer.