Como el PRI busca exorcizar sus demonios gobernadores.

Cómo el PRI busca exorcizar sus demonios gobernadores.

Peña quitó a Moreira, pero desestimó a Borge y los Duarte.

Durango: el delegado quería ser edil con cargo a Sedesol

En las postulaciones no se aceptaron opiniones.

El presidente Enrique Peña Nieto recibió los reportes y decidió.

Cierto, lo avituallaron de información: lista de aspirantes, perfiles, puntos débiles, tendencias históricas, posibilidades de crecimiento según las encuestas…

Ah, y los padrinos.

Conocido es el respaldo del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, al candidato priísta avasallado en Tamaulipas, Baltazar Hinojosa, por el panista Francisco García Cabeza de Vaca.

Lo fue en demérito del preferido por Manlio Fabio Beltrones, quien prefería a Marco Antonio Bernal.

Conocida es también la preferencia de Videgaray por Quirino Ordaz, quien contó con apoyos de conocidos peñistas como el hoy diputado federal David López Gutiérrez.

Así puede seguir la lista, aunque otros sumaron apoyos diversos, como es el caso deAlejandro Murat Hinojosa, cercano al mismísimo presidente, a Videgaray y a Beltrones.

Orígenes diversos con victorias y derrotas, pero hoy importan más los fracasos.

ACCION DESESPERADA Y EXTEMPORÁNEA

Primero un antecedente:

En noviembre de 2011, cuando arreció la campaña del calderonismo y el Grupo Monterrey contra Humberto Moreira, se hizo un ejercicio para saber cuánto afectaba a Enrique Peña.

No mermaba las tendencias.

Pero de repente, a principios de diciembre, el candidato presidencial priísta empezó a sentir los efectos –en cuatro días perdió seis puntos- y, contra su voluntad, vino la decisión de retirar a Moreira del PRI.

Esa misma circunstancia se vivió en varios estados previo a las elecciones del 5 de junio pasado pero, a diferencia de 2011, nada se hizo por detener la debacle de varios candidatos tricolores.

Desde antes fueron señalados públicamente por Ricardo Anaya y sus candidatos –Carlos Joaquín, Miguel Angel Yunes, Javier Corral– tres gobernadores.

Hoy los tres priístas permanecen en el cargo y, en un extemporáneo e inútil control de daños, se les ha puesto en la picota en aras de fortalecer la dirigencia de Enrique Ochoa Reza.

Ahora Roberto Borge, Javier Duarte y César Duarte son lo peor y lo primero es desacreditarlos por pretender leyes y organismos protectores de su pregonada corrupción.

Luego vendrá la persecución judicial…

Seguramente por el PAN, porque el PRI es lento de acción.

Y quien sabe si la sola sentencia del Poder Judicial dé al PRI para exorcizar sus demonios, pero no parece.

Es poco para el daño causado y nada de recompensa para la sociedad.

QUERIA SER EDIL CON CARGO A SEDESOL

1.- Pasaron las elecciones, pero no la corrupción.

Un caso:

El delegado de Sedesol en Durango, Javier Hernández Flores, buscó a mediados de 2015 al empresario Roberto Hernández Bruciaga para rentarle una bodega en la colonia Jardines de Cancún.

Almacenó gran cantidad de cubetas de pintura e impermeabilizantes comprados con recursos del Programa de Empleo Temporal.

Un año después ahí siguen con otros productos –papel de baño, harina de maíz, pasta para sopa, juguetes, balones con logotipos del gobierno federal y de Durango…- y no los retira.

Eran para la campaña de Hernández Flores a la alcaldía y, al no ser postulado, abandonó los productos en perjuicio de los pobres y del erario.

Y 2.- suena bien: mil 700 derechohabientes del Fovissste finiquitaron su crédito y ahorraron 536 millones de pesos.

El programa Solución Total seguirá para beneficiar a más de 40 mil familias, prometió el vocalLuis Antonio Godina.