Córdova…reforma absurda, riesgosa, amasijo de ocurrencias

Ninguno de los cuatro actuales consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) está interesado en participar en la conformación del nuevo órgano contenido en la Reforma Político-Electoral que se denominará Instituto Nacional Electoral, debido al trato indigno que le ha dado al organismo el Congreso de la Unión.

Reveló lo anterior, el consejero Lorenzo Córdova Vianello, quien dijo que mañana María Marván asumirá la presidencia rotativa del Instituto, decisión que calificó como delicada a pesar de que «el IFE está siendo, lo digo con toda franqueza y responsabilidad, maltratado por las fuerzas políticas, por el Poder Legislativo».

Y es que, dijo, es absolutamente anormal que un órgano que está pensado para funcionar con nueve integrantes, por las razones que sean, justificadas o no, yo creo que no hay ningún tipo de justificación para este efecto, esté mermado a tal grado; sobre todo, porque pone en riesgo el empaque institucional y el funcionamiento del mismo instituto.

Aseguró, que hasta el momento no se ha suspendido ninguno de los servicios que el IFE presta a la ciudadanía y ninguno de los procesos del instituto. «Todos los programas siguen avanzando y esto ha implicado una sobrecarga de trabajo para quienes estamos ahora en el cargo, porque por ley el presidente del instituto no puede formar parte de comisiones y por ley las comisiones se integran por tres consejeros.

«Estamos hablando de alrededor de 12 comisiones que están integradas por todos los consejeros, salvo el que en turno esté fungiendo como presidente, pero lo que hemos querido hacer es mandar un mensaje de tranquilidad hacia adentro del IFE», aseguró.

Dijo que con la Reforma Política que plantea la transformación del IFE en el Instituto Nacional Electoral, hay mucha incertidumbre, hay mucho temor, incluso en el personal del Servicio Profesional, quienes son los que hacen las elecciones y sobre los que cualquier institución electoral que venga enfrente tendrá que fundarse.

En ese sentido, dijo que su responsabilidad es mandar el mensaje de cohesión institucional, por un lado y, por otro, un mensaje de mucha responsabilidad, «porque el IFE es una institución clave para la vida democrática del país y creo que es importante que hacia afuera mandemos también este mensaje de que el IFE funciona bien, en armonía, como está ocurriendo realmente».

Insistió en que no los actuales consejeros no tienen certezas muy claras. «Ayer, en las comisiones se comenzó a discutir un proyecto. Nosotros sabíamos de dictamen. Nosotros sabíamos de Reforma Electoral. Nosotros habíamos venido conociendo en los días previos las distintas versiones de estos dictámenes y no habíamos querido hacer un pronunciamiento público hasta en tanto no tuviéramos un documento final.

«Hoy lo conocemos y es un documento que preocupa mucho al Instituto Federal Electoral, que preocupa mucho a los consejeros. Y basta ver la prensa, que preocupa mucho a los expertos en materia electoral», dijo.

Dijo que parece ser un proyecto producto de ocurrencias que plantea una transformación radical de la institución como el IFE, que ya tiene acreditación pública, que ha tenido problemas de credibilidad sin lugar a dudas, pero que sigue brindando los servicios fundamentales por los que fue creado, como por ejemplo la expedición de la credencial para votar, que como sabes es el mecanismo de identidad privilegiado».

Incluso, calificó que la reforma es un amasijo de ideas contradictorias y que pueden poner en riesgo la elección.

Entre otras cosas, lo que se plantea es que habrá una renovación total del INE, del Consejo General. Pasará de nueve miembros incluido su presidente como actualmente existe en el IFE a 11.

La reforma, dijo, contiene unos absurdos como el siguiente: Se propone que haya un comité técnico de evaluación de los aspirantes.

Este comité se integrará por siete miembros. Tres, los propondrá el órgano de gobierno de la Cámara de Diputados; es decir, la Junta de Coordinación Política, casualmente tres, cuando hay tres grandes fuerzas.

«Luego, todos, los propondrá el IFAI y dos los propondrá la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que no tiene por cierto, competencia en materia electoral porque lo establece la propia Constitución y, sin embargo, va a proponer a dos expertos que evalúen a los aspirantes a ser consejeros electorales», explicó.

Y hay una salvedad, a los consejeros en funciones, «se nos permite participar. Lo digo con toda franqueza, tú me conoces, somos hasta vecinos, nos vemos con frecuencia, yo soy un académico, lo digo como lo ha dicho el rector Narro, yo soy un académico que está prestado al IFE», y aseguró que de ser el caso, a él no le interesa participar en el nuevo organismo.

«Es más, hoy mismo entiendo, haremos público, no es del interés de ninguno de los consejeros electorales en función es participar en la integración de este nuevo órgano, cuyo diseño institucional tal como está hoy en el dictamen, creo que puede provocar que en el futuro la organización de las elecciones, no digo los conflictos derivados de las elecciones, la organización de las elecciones está en riesgo», aseguró.

Y es que, dijo, hay un maltrato indigno del Congreso hacia el IFE. «El plano personal aquí no cuenta, digamos, cuando uno juega como árbitro de la política, sabe que se puede exponer a esto o a cosas peores. Insisto, no es el problema personal, el problema personal pasa a segundo plano.

Pero insisto, María Marván, Benito Nacif, Marco Baños y un servidor teníamos vida antes del IFE, vida profesional y la vamos a seguir teniendo. Así que me regresaré con muchísimo gusto a la academia, que es a donde pertenezco».

Dijo que lo que es realmente grave no es un problema de personas, eso se mide en términos de dignidad y de maltrato personal. Pero lo que realmente es grave es el maltrato institucional. Se pretende cambiar al IFE de nombre, cuando el IFE es una marca acreditada, una imagen acreditada ante la sociedad mexicana.

Se tendrá que enfrentar tarde o temprano el proceso de renovación de 87 millones de credenciales, que por cierto, coloquialmente son conocidas como el IFE.

«Ahora, vamos a tener que cambiar de nombre a esta nueva institución, que por cierto, no elimina a los institutos estatales electorales como había sido la pretensión original, sino que va tener que convivir en una muy poco clara, lo digo con todas las letras, muy poco clara, muy indefinida y consecuentemente, muy riesgosa».

Insistió en que hay una falta de claridad delicadísima en las atribuciones que le van a corresponder al INE y las que les corresponderán a los órganos locales.

«La reforma constitucional que está planteando está plagada del verbo podrá. El INE podrá atraer atribuciones de los órganos locales. El INE podrá delegar atribuciones a los órganos locales. El Consejo General podrá delegar las facultades de fiscalización. El Consejo General podrá atraer alguna etapa del proceso electoral local».