Hace algunos días escuché hablar sobre la “necesidad de un relevo generacional” en la clase política priista y en la administración pública oaxaqueña, la cual encabezará Alejandro Ismael Murat Hinojosa a partir del uno de diciembre próximo.
¡Perfecto! Urge cambiar de rostros y de actitudes. Es decir, urge que no sean los mismos de siempre en todo cargo público y de elección popular. Ciertamente, es necesario el relevo generacional. Sin embargo, al parecer planean relevar a los papás por los hijos. Cuando menos es la preocupación y la ocupación de priistas de primer nivel.
Y cabe preguntar: ¿Y con qué mérito, derecho y experiencia, pueden los hijos asumir cargos en el gabinete y candidaturas para las elecciones del 2018? ¿Con el derecho de sangre? ¿Con la experiencia política de los papás? ¿Con el mérito de pertenecer a la “cultura del sí se puede”?
Ups. El mal ejemplo cunde. Si el próximo gobernador de Oaxaca es un producto importado del Estado de México e impuesto por voluntad peñista y formalizado por “derecho de sangre”. Entonces, ¿por qué otros júniors no pueden gozar de los mismos privilegios?
Afortunadamente para Alejandro Murat, el presidente Enrique Peña Nieto acaba de promulgar las “leyes anticorrupción”; y aún cuando falte disposición expresa, el próximo mandatario debe honrar la intención de su jefe político de transitar por el camino del bien. Por lo tanto, la integración de su gabinete (legal y ampliado) debe alejarse de la “juniorcracia”.
Un gabinete de júniors revelaría corrupción, complicidades y tal vez acuerdos inconfesables. No entre los hijos precisamente.
murat y juniors
(Fotografía tomada de la cuenta de Twitter @Noticias_Leon)
Claro, los hijos de los políticos tienen derecho a aspirar a formar parte de gabinetes y a ser postulados a cargos de elección popular; ¡es parte de sus derechos político electorales como todo ciudadano!
Sin embargo, no es lo mismo ser hijo del señor que bolea los zapatos en el zócalo de la Ciudad de Oaxaca, que ser hijo de encumbrado político cuyo calzado es aseado por bolero particular. Los hijos nunca tendrán la misma oportunidad de trascender; quizá uno entre mil.
El hijo del político solo pide “quiero ser secretario o diputado”, mientras el hijo del bolero tendrá que tocar puertas buscando primero ser jefe de departamento si bien le va.
Incluso, en el equipo de campaña de Alejandro Murat se registraron diversos casos de “juniorcracia”. Por ejemplo: Raúl Bolaños hijo apareció como su secretario particular y Jorgito Zárate como parte de su séquito. Este último, dejó la delegación de Prospera en Oaxaca para integrarse a la campaña. Por cierto, comentan haber regresado al puesto federal.
Pregunta, solo para reflexión: Si Jorgito no fuera hijo de Jorge, ¿habría tenido la oportunidad de estar al frente de la Delegación de Prospera? ¿Y si Raulito no fuera hijo de Raúl habría gozado de la confianza de Alejandro Murat?
Ojo, nadie duda de la capacidad y del talento de los chicos. El tema es otro.
La Primera Dama
Es más, tanto a nivel federal como en las entidades federativas debería desaparecer la mala costumbre de nombrar a la esposa del Presidente de México y del gobernador de que se trate como Presidenta Honoraria del DIF y Primera Dama.
Caray, ¿qué ley le otorga el título de Primera Dama? ¿Y esa misma ley clasifica a las mujeres en niveles de primera, segunda, tercera y cuarta? La mala costumbre hasta resulta discriminatoria y, por lo tanto, viola el artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que prohíbe todo tipo de discriminación.
El título de Presidenta Honoraria del DIF representa el nepotismo más puro, situación contraria a las buenas intenciones del presidente Enrique Peña Nieto con sus “leyes anticorrupción”.
Por cierto, ¿y como cuánto gana la Presidenta Honoraria del DIF? Dirán que nada porque el cargo precisamente es honorífico. ¿Sí? ¿Y cómo tener la seguridad? Claro, a la esposa de un mandatario jamás se le verá haciendo fila para cobrar un sueldo, compensación o bono.
Es más, aún cuando no tenga sueldo ni ningún emolumento, resulta un exceso el gasto del menaje de la residencia oficial, el ajuar de la “Primera Dama” cuando acompaña al esposo a actos oficiales, más por protocolos fácticos, que por mandatos legales. Y además no pagan alimentos, todo es con cargo al erario. ¿O no?
Imagínense, el primer servidor público y su esposa tienen una vida de primer mundo en un país tercermundista.
Y el mal ejemplo se replica en las entidades federativas y en los municipios. Hay casos de auténticas “Marthitas Sagún”
Dicen que Santa Cruz Xoxocotlán es uno de esos casos.
Hoy se cumple un año del nuevo IEEPO
Hace un año el gobernador Gabino Cué Monteagudo emitió el decreto por el cual terminó con el viejo Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), creando un nuevo; acción con la cual le quitó el control a la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Todo en el marco de la Reforma Educativa y con el acompañamiento de la Federación.
Y al siguiente día, un 21 de julio, Cué anunciaba la creación del nuevo IEEPO con todas sus implicaciones, mientras el edificio estaba en poder de la policía federal y estatal.
Hoy todo está de cabeza. Ni siquiera hace un año cuando la Sección 22 amaneció con la noticia de que sus representantes ya no podían entrar al IEEPO, se generó la crisis político-social que hoy padece Oaxaca-
***
Correo: rosyrama@hotmail.com