Poco a poco el Gobierno Federal ha ido cediendo a las demandas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), sobre todo a las exigencias de una de las gremiales más radicales como lo es la Sección 22 del SNTE, actuante en el estado de Oaxaca.
Por ejemplo, cedió ya en el traslado de Rubén Núñez Ginez y Francisco Villalobos, secretarios General y de Organización de la Sección 22, respectivamente, del penal de máxima seguridad de Sonora, al de Miahuatlán, Oaxaca. Y apenas el sábado pasado, las autoridades liberaron (bajo caución) a dos líderes magisteriales de la misma gremial: Aciel Sibaja Mendoza y Abel Jiménez García, acusados de diversos delitos federales.
Las autoridades correspondientes han argumentado que el principio de presunción de inocencia del nuevo procedimiento penal favorece a los líderes magisteriales, y la Comisión Nacional de Seguridad justificó el traslado en base a la política penitenciaria de rotación de internos. Sin embargo, ambas acciones son más bien respuestas a las demandas magisteriales.
La gremial se niega a reconocerlo de ese modo. No obstante, si el Estado no quiere, nada se mueve.
El Gobierno Federal ha cedido también en revisar la evaluación educativa y las sanciones, aunque como respuesta directa al pliego petitorio del oficialista Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sin que ello represente la derogación de la Reforma Educativa como lo plantea la CNTE.
Vía la Secretaría de Gobernación, aunque tardíamente, el Gobierno Federal entró a Asunción Nochixtlán para dialogar con la comunidad y atender las demandas sociales y médicas de los familiares de las víctimas del enfrentamiento ocurrido el 19 de junio en ese municipio oaxaqueño, entre policías, maestros, organizaciones sociales y pobladores.
Incluso, las brigadas médicas fueron retenidas unas tres horas el sábado pasado cuando se disponían a regresar a la Ciudad de Oaxaca.
¿Ha habido avances? Sí, en la medida de la voluntad de las partes involucradas.
Sin embargo, el estado de Oaxaca sigue como rehén. Pues a pesar de que, por ejemplo, el fin de semana se registraron menos bloqueos, persisten algunos en puntos estratégicos y las corridas de autobuses no se han restablecido al cien por ciento, porque todavía no existen las condiciones de plena seguridad para transitar por las carreteras oaxaqueñas. O por lo menos, es esa la percepción al exterior.
Y la encargada de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico del Gobierno del Estado, Ángela Hernández Sibaja, ni siquiera asoma la cabeza para informar sobre las condiciones prevalentes en la entidad para vacacionar, para animar al turismo nacional y extranjero a visitar los destinos turísticos oaxaqueños.
Tampoco el Secretario de Turismo del Gobierno Federal, Enrique de la Madrid Cordero; el la página web de la dependencia se informa de la puesta en marcha del operativo vacacional desde Ixtapa, Zihuatanejo, y de la meta del funcionario de reposicionar Acapulco, pero nada más. ¿Y Oaxaca?
La falta de información sobre las condiciones de tránsito por las carreteras de Oaxaca y de seguridad en la estadía, provocan que el turismo opten por otros destinos turísticos.
El magisterio oaxaqueño representado en la Sección 22 encontraría eco a sus demandas, o por lo menos, simpatía a su movilización, si ésta, en vez de perjudicar al pueblo, beneficiara. ¿Cómo? Mostrando su solidaridad con la Gueguetza, abriendo todas las carreteras, garantizando la seguridad de los paseantes, haciendo una tregua.
Urge liberar Oaxaca, de los maestros y de la indolencia del gobierno, considerando que indolencia significa “incapacidad para conmoverse o sentirse afectado por algo”.
LIBRE HACIA HUATULCO
El fin de semana viajamos a Bahías de Huatulco por la carretera que atraviesa la Sierra Sur. No encontramos bloqueos, sino una carretera abierta al libre tránsito y, además, en buenas condiciones; pasando San José del Pacífico hay dos cortes carreteros, pero los están reparando.
La temporada vacacional ha iniciado. El fin de semana empezó cierto flujo de transito vehicular. La mañana del sábado pasado varios automovilistas se dirigieron a los destinos oaxaqueños de playa: Huatulco y Puerto Escondido.
Pero no es el suficiente para la recuperación económica de ambos destinos demasiado castigados con los bloqueos carreteros.
Algunas bahías lucen semivacías y otras, de plano vacías. El turismo no se atreve a viajar pensando en que hay bloqueos.
Rumbo a Huatulco no hay bloqueo carretero, no lo hubo ni sábado ni domingo. Parece que la carretera de la Sierra Sur es una de las vías donde se ha restablecido el libre tránsito. Sin embargo, luce sola, con poco tráfico vehicular.
¿A qué autoridad corresponde informar sobre la situación de tránsito de las carreteras oaxaqueñas?
LA IGLESIA ESTÁ ENOJADA
¿Leyeron el Editorial del Semanario Católico “Desde la Fe”? Aquí les dejamos el link: http://www.desdelafe.mx/index.html
Por lo pronto, les comentamos: En dicha publicación de la Arquidiócesis de México, este domingo tituló su Editorial: “Reformas, un barco que hace agua”.
Ups. Se refiere a las reformas estructurales del Presidente de México, Enrique Peña Nieto. Por supuesto, el análisis no es de los curas de la teología de la liberación, ni de párrocos defensores de los derechos humanos, ni de curas que acompañan a los pueblos olvidados de la mano del gobierno… es un análisis de la Arquidiócesis.
Entonces, ¡la Iglesia está enojada con Peña Nieto! Y ya no solamente el ala radical, sino también el ala proclive al gobierno.
Lean nada más los siguientes tres párrafos de la Editorial del Semanario “Desde la fe”:
“El despegue de la presente administración prometió cambios profundos y poner al país en movimiento. Mientras se consumó el Pacto por México, la clase política renovó sus promesas para consolidar los esfuerzos de gobernabilidad, el fortalecimiento del Estado de Derecho, el sistema democrático y la participación ciudadana; en suma, era el arranque de los cambios para la prosperidad.
“El gobierno actual, usando las mayorías parlamentarias y los acuerdos tácitos con la oposición, logró un cúmulo de reformas que motivaron los discursos más triunfalistas y atronadores: impulsó en todos los niveles, bajas en los precios, inusitado poder adquisitivo, mejoramiento del salario y, sobre todo, promesas de desarrollo para acabar con la violencia, cuya causa, en gran medida, tiene su origen en la pobreza y en falta de oportunidades.
“Sin embargo, la realidad es distinta y apabullante…(…..)….Se estrangula a millones de consumidores con nuevas alzas en los combustibles y tarifas eléctricas, poniendo en duda si realmente la reforma energética está corriendo por los caminos adecuados. Hay inestabilidad social por la Reforma Educativa y la promesa presidencial para que ‘las ciudades, los pueblos, las carreteras, vuelvan a ser espacios de tranquilidad, en los cuales, los mexicanos transiten con seguridad, sin temor de perder la libertad o la vida’, queda en pura retórica populista.”
¿Puede estar más claro el enojo?
Y si el Gobierno Federal no entiende el mensaje de la Iglesia Católica, se ensancha el riego para el PRI de perder las elecciones presidenciales del 2018.
Hasta el ala tranquila de la Iglesia Católica se enoja ante tanta promesa incumplida. Mensaje que también deben entender los gobernadores electos, como Alejandro Murat en Oaxaca, quien generó expectativas con su promesa del “milagro oaxaqueño” y entrando, entrando, deberá cumplir con lo mínimo.
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Correo: rosyrama@hotmail.com