Con motivo de la Exposición Internacional de Milán, que se inaugura el 1 de mayo de 2015, se presenta la exposición Leonardo da Vinci 1452-1519. El dibujo del mundo, «la más grande e importante dedicada a Leonardo que se ha realizado en Italia», según explican los organizadores de esta muestra extraordinaria, que se puede visitar hasta el 19 de julio en el Palacio Real de Milán.
Fruto de un intenso trabajo de cinco años, la exposición reúne más de 200 obras de numerosos museos e instituciones de todo el mundo, como las tres obras de Leonardo procedentes del Museo del Louvre y treinta dibujos procedentes de la Royal Collection de Isabel II de Inglaterra.
La Pinacoteca Ambrosiana de Milán, muy ligada al artista, ha prestado el célebre Retrato de un músico y 38 dibujos del Códice Atlántico. Entre sus obras maestras también se pueden admirar las siguientes: San Jerónimo, de la Pinacoteca Vaticana; Madonna Dreyfus, de la Galería Nacional de Arte de Washington; La scapigliata o Cabeza de muchacha, de la Galería Nacional de Parma; La belle ferronière, la pequeña Anunciación y San Juan Bautista, todas ellas del Museo del Louvre.
El Museo Nacional de la Ciencia y la Tecnología en Milán ha colaborado con dos modelos históricos de máquinas realizados según los diseños de Leonardo: el carro automotor y un martinete para batir metales preciosos.
«Sin concesiones a la mitografía y a la banalización»
Un dibujo paisajístico fechado en 1473, cuando Leonardo tenía 21 años, y un dibujo tardío de la serie de los diluvios, de 1517 ó 1518, abre y cierra respectivamente la exposición de forma simbólica.
En esta última obra, «un cataclismo provoca la caída de montañas con vórtices de polvo, humo y agua y muestra en Leonardo un cambio radical de concepción al afrontar la representación de la naturaleza y los fenómenos naturales», en palabras de Pietro C. Marani y Maria Teresa Fiorio, los comisarios de la muestra.
Las dos obras ilustran «el enorme camino recorrido, partiendo de la confianza en la naturaleza y la consciencia de poseer los instrumentos idóneos para su representación y concluyendo, casi cincuenta años después, en una visión catastrófica y pesimista en la que el hombre ya no tiene el control de los elementos naturales y está forzado a subyacer renunciando, casi, a ponerle remedio», añaden los historiadores.
La muestra propone una visión de la figura de Leonardo, como artista y científico de su tiempo, a través de doce secciones, «sin concesiones a la mitografía y a la banalización», expresan los organizadores. Las dos secciones finales evidencian la influencia pictórica del gran maestro en la edad moderna y la formación de su mito, centrado en la Gioconda.