Considerado uno de los intérpretes de música clásica más virtuosos e importantes en el mundo, David Garrett (1980) expresó no estar de acuerdo con la construcción de obstáculos que dividen naciones, “no creo en muros, para muros sólo los de mi casa”.
El violinista de origen alemán, quien se encuentra en México para ofrecer cinco conciertos en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes en esta capital, refirió que ha viajado durante más de 30 años por el mundo y en ese lapso ha conocido mucha gente de varias nacionalidades, “y la música une a la gente y no creo en ningún tipo de muros”.
Garrett, poseedor de un Récord Guinness al tocar en 2008 la pieza “El vuelo del moscardón”, de Nikolái Rimski-Kórsakov, habló en conferencia de prensa de su estancia en México y sus próximas presentaciones, al tiempo que rechazó toda clase de muros.
Siempre amable, atento, alegre y respondiendo las preguntas de la prensa mexicana, el matriculado a los siete años en el Conservatorio de Lübeck respondió a aquellos que consideraron que su presentación en Bellas Artes no era la idónea por considerarlo un “rockstar” y no un músico clásico.
“He tocado en las mejores salas del mundo, soy un músico clásico, y al que no le guste el hecho de que me presentaré ahí (Bellas Artes), pues que no vaya”, dijo.
Admirador de compositores como Brahms, Chaikovsky y Bach, confesó que no admite etiquetas musicales y que sólo toca lo que más le gusta, sea el compositor o la música que sea.
“Me gusta la diversidad de música, no me importa qué tipo de música sea, mientras me guste puedo tocar desde jazz, rock, clásico, pero mientras sea buena, eso es lo que me gusta”, abundó.
El músico, quien además se encuentra en la mira de los medios internacionales tras su participación en la cinta alemana “El violinista del diablo”, en la que interpretó al excepcional instrumentista Niccolo Paganini, expuso que la música, al final, son emociones.
Nadie puede definirse por una canción, un tipo de música, “tengo varias músicas que me encantan, pero no hay ninguna con la que me defina, depende lo que siento y cuando eso pasa, eso toco en el escenario”, subrayó el violinista.
En un formato totalmente clásico, David Garrett ofrecerá cinco conciertos en el Palacio de Bellas Artes los días 7, 8, 10, 11 y 13 de febrero, acompañado por el pianista Julien Quentin, quien lo acompañó en su encuentro con los medios.
Interpretará un repertorio que conoce desde su infancia y que está conformado por obras de autores tan diversos como Antonin Dvorak, Serguéi Prokófiev, Piotr Ilich Chaikovski, Nikolái Rimski-Kórsakov, Cesar Franck, Henryk Wieniawski, Pablo de Sarasate y Fritz Kreisler.
Minutos antes de la conferencia de prensa, el violinista ofreció un pequeña probadita lo que serán sus noches en el máximo recinto cultural del país.