México, D.F.- El mapa genético del jitomate, una de las principales hortalizas en el mundo, ha sido descifrado por un grupo internacional de científicos de 14 países que integran el Consorcio del Genoma del Tomate.
De acuerdo con el artículo de este 31 de mayo en la revista científica Nature, este importante logro permitirá mejorar sus características nutricionales, de color, sabor y de resistencia a enfermedades y climas adversos.
La variedad de jitomate (Solanum lycopersicum) secuenciado fue Heinz 1706, una especie de alta calidad que se usa en la investigación y que se cultiva en casi todo el mundo, de igual forma se descifró el de una variedad silvestre de jitomate (Solanum pimpinellifolium) y los resultados se compararon con el genoma de la papa.
De acuerdo con el artículo, el jitomate tiene alrededor de 35 mil genes ordenados en 12 cromosomas, mientras que los humanos contamos con 23 mil genes en 23 pares de cromosomas.
James Giovannoni, científico del Instituto Boyce Thompson Para la Investigación de Plantas de la Universidad de Cornell, señaló que el jitomate es un modelo de investigación muy importante para el estudio de la biología de frutas.
«Muchos investigadores están interesados en el estudios de frutas carnosas como el jitomate porque tiene un ciclo de vida muy corto, crece fácilmente y provee de múltiples cosechas al año», afirma Giovannoni. «También hay muchas mutaciones naturales que le ayudan a uno a entender la función de los genes subyacentes».
Muchos de los grupos de científicos que participaron en la secuencia del genoma del tomate están interesados en biología de la fruta, respuesta al estrés ambiental y la fitopatología, además de la evolución de la planta.
A pesar de que el jitomate es un alimento domesticado en México, ningún investigador ni institución científica mexicana participó en este trabajo que inició en 2004, con la colaboración de científicos de Argentina, Bélgica, Corea, China, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Holanda, India, Israel, Italia y Reino Unido.
Giovannoni afirma que si bien aún no sabemos las funciones de la mayoría de los genes secuenciados es la última herramienta para mejorar el sabor, la producción, el color, el período de validez o cualquier rasgo del interés y hacerlo más eficiente.
Por ejemplo, es común que se pierda la calidad y el sabor del jitomate en un corto periodo, por lo cual se busca que predominen sus características de calidad en un mayor tiempo, que tengan mayor vida de anaquel y que conserve sus características visuales sin perder el sabor y aroma, e incluso que mantenga su contenido nutricional.
La comparación de los genomas silvestre y de alta producción actual arrojó una pequeñísima diferencia de tan sólo el 0.6%, mientras que con la papa hubo una variación del 8% del genoma, sin embargo, este trabajo de genómica comparada permitirá a los científicos entender otros frutos carnosos.
«Aunque puedan parecer diferentes, las frutas carnudas poseen muchas características similares, por ejemplo, cuando maduran cambian de color, sabor, textura (ablandamiento), el contenido nutriente y, además, producen aroma volátil y llegan a ser susceptibles a los patógeno oportunistas (putrefacción madura de la fruta), comenta Giovannoni.
«Muchos de los genes que regulan estos procesos se conservan entre diversas especies de fruta, por lo que entendiendo los genes y su actividad dentro del genoma del jitomate nos permitirá señalar a los genes responsables de estas cualidades en diversas especies».
Giovannoni, experto en biología de las frutas, fue el iniciador del proyecto al que la Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos destinó 20 millones de dólares.
«Todo inició por mi interés de contar con una tener una secuencia del genoma que facilite nuestros esfuerzos hacia la comprensión de los genes que participan en la maduración y otras características nutricionales del jitomate», indicó.
Agencia El Universal