Fue meticuloso, metódico y organizado; también impulsivo y pasional, un hombre al fin y al cabo que llevó su vida al límite. A Salvador Díaz Mirón se le reconoce como un precursor del modernismo en la literatura hispanoamericana junto a José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, Julián del Casal y José Asunción Silva.
También político; maestro de poetas nacionales e internacionales como Rubén Darío, Leopoldo Lugones, Julio Herrera y Ressig, y en España de Francisco Villaespesa, Díaz Mirón nació en Veracruz, Veracruz, el 14 de diciembre de 1853.
Escribió en vida “las estrofas más perfectas que pueda presentar hasta hoy la poesía mexicana” y heredó al lenguaje “flexibilidad, sonoridad, y delicadeza no poseídas hasta ahora”, aseguró en alguna ocasión el también poeta Luis G. Urbina.
Díaz Mirón comenzó a escribir desde muy joven, pero solamente reconoció como suyo a Lascas (1901), “El hijo de su espíritu”, su libro de poesía más afamado y estudiado, remarcó José Emilio Pacheco, a 100 años de su publicación en la revista Letras Libres en 2001.
Publicó en varias revistas y periódicos de gran prestigio en México y el extranjero, como El Orden, el cual dirigió y donde publicó la mayor parte de su obra, además de El Pueblo, El Veracruzano, El Diario y El Imperial, el cual también dirigió. Además publicó en revistas como La Sensitiva. Y en New York un reconocido diario plagió sus versos.
Ávido lector, se nutrió de la literatura anarquista de Lily Litvak, Marx y Bakunin. Lo motivaron también Lord Byron y Víctor Hugo, y sintió gran admiración por el peninsular Gaspar Núñez de Arce.
Se cuenta que en su adolescencia encabezó una pandilla de tiradores y duelistas. Para enmendarlo su padre lo envió a estudiar humanidades en el seminario de Jalapa y después continuó su formación en Nueva York.
Pero Díaz Mirón nunca perdió la afición a los duelos y en Orizaba durante un enfrentamiento perdió el brazo izquierdo. En 1879 retó a duelo al entonces gobernador militar de Veracruz, Luis Mier y Terán.
Los versos de Díaz Mirón se reprodujeron por cientos en los anuarios, almanaques, periódicos y revistas de su época. Debido tal vez, explicó el escritor Emilio Pacheco, a que las personas de aquella época se vieron expresadas en aquella poesía que cubría sus necesidades sentimentales y estéticas.
El célebre poeta deseaba que las rimas de su libro Lascas “deformes o bellas”, que igual podían inspirar repugnancia o aprecio, dejaran una huella profunda en la las personas y los países de todo el mundo.
Lascas es en sí la obra que inmortalizó al poeta. El Estado de Veracruz digitalizó un libro especial con motivo de los 100 años de la obra, que se puede consultar en: http://bit.ly/d10CKz
Díaz Mirón viajó por el mundo y radicó en España y Cuba. Retornó a su Veracruz para encerrarse en su casa y no escribir nunca más. Falleció a los 74 años de edad, el 12 de junio de 1928. Sus restos descansan en la capital en la Rotonda de los Hombres Ilustres.