Edmond Baudoin retrata los sueños de Ciudad Juárez en ‘Viva la vida’

Fueron las charlas que mantenía con unos amigos mexicanos sobre los feminicidios en Ciudad Juárez y la novela 2666, de Roberto Bolaño, las que despertaron el interés del dibujante francés Edmond Baudoin por hacer un libro sobre Chihuahua. Pero cuando consiguió el apoyo del gobierno de su país para realizarlo, se encontró con una realidad juarense que incluía una guerra gubernamental contra los cárteles del narcotráfico.

No obstante las profundas heridas con las que cargan los habitantes de esa ciudad fronteriza, Baudoin se dio a la tarea de conocer sus sueños.

En Viva la vida. Los sueños de Ciudad Juárez (Sexto Piso, 2011), él y su colega Jean-Marc Troubet (Troub´s) narran a través de dibujos el recorrido que hicieron en octubre por Ciudad Juárez.

“Los sueños de la gente de Juárez son los mismos que los sueños de los franceses, italianos u holandeses: quieren que a los niños les vaya bien en el colegio, tener trabajo. Aunque, por la situación que están viviendo, quieren la paz, que también es el sueño de todos los seres humanos”, dice Edmond Baudoin en entrevista.

Un intercambio

Durante la creación de Viva la vida, basada en el intercambio de un retrato, hecho por cualquiera de los dos dibujantes, por el sueño de los juarenses que los recibían, Baudoin se conmovió, pero también sintió miedo. “Yo entiendo que la policía y el Ejército tienen que defender la ciudad, pero ellos son los que más miedo dan. A los narcos no los reconoces, pero a la gente le da mucho miedo ver a la policía y al Ejército; todo el tiempo están presentes, con sus metralletas”, describe.

A pesar de que el dibujante admite que tanto en Francia e incluso en el DF, la gente considera que Juárez es una ciudad en guerra, cree que ahí se puede vivir, enamorarse y soñar.

Guerra mediática

Edmond Baudoin relata que, aunque no hubiera toque de queda en las noches en las que él y Troub´s se quedaron en Juárez, “había que guardarse a las nueve”, a esa hora, dice, ya no había gente en las calles.

No obstante, en las mañanas que veíamos las noticias -cuenta el dibujante- e informaban el número de muertos de la jornada anterior, nos sorprendíamos porque no veíamos las matanzas en la calle. “La guerra se veía en la tele y en el periódico”, concluye.

Agencia El Universal