VIENA.- Las radiaciones ultravioletas (UV) de esta primavera en el hemisferio norte pueden alcanzar niveles propios del verano por la destrucción sin precedentes de la capa de ozono en el Ártico, informaron fuentes científicas en Viena.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) de las Naciones Unidas indicó en un estudio difundido en la capital austríaca que la destrucción de la capa de ozono alcanzó un nivel «sin precedentes» en el Ártico, de alrededor del 40 por ciento.
«Es la mayor pérdida de ozono en el hemisferio norte desde que se tienen registros», explicó en rueda de prensa Markus Rex, investigador de la atmósfera del instituto alemán Alfred Wegener.
«La mayor reducción registrada hasta ahora se produjo a mediados de los años 90 y fue del 30 por ciento», precisó Geir Braathen, científico de la OMM.
El organismo de la ONU difundió los datos sobre la capa de ozono en el marco del congreso anual de la Unión Europea de Geociencia (UEG), que se celebra hasta el viernes.
Al contrario que el agujero en la capa de ozono en la Antártida, «la degradación del ozono en el Ártico puede afectar a zonas ampliamente pobladas», afirmó Rex.
Eso depende del movimiento de las masas de aire pobre en ozono, que se prevé que se desplacen por el hemisferio norte con el avance de la primavera.
Hasta ahora esos desplazamientos han afectado a amplias zonas de Canadá, Rusia central, Escandinavia y el norte de China, aunque el efecto puede ampliarse a otras regiones de América del Norte y Europa, según Rex.
El ozono tiene un papel esencial en la filtración de los rayos ultravioletas, que pueden causar cáncer de piel y están también vinculados al debilitamiento del sistema inmune.
«La situación no es dramática. En el peor caso no es más que la radiación que se pueda recibir en pleno verano. Pero es un valor alto y la gente tienen que saberlo», explicó Rex sobre los efectos en la salud del aumento de los rayos UV.
«No hay que prescindir de actividades en el aire libre. Pero es recomendable tener a mano una crema adecuada y seguir las predicciones de los centros meteorológicos», agregó.
La pérdida de ozono estratosférico se produce en las regiones polares cuando las temperaturas caen por debajo de los 78 grados bajo cero.
A esa baja temperatura los rayos solares de la primavera polar junto con la presencia de componentes químicos lanzados a la atmósfera por el hombre, como la clorina, tienen la capacidad de destruir el ozono, explicó Florence Goutail, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés (CNRS).
Rex dijo que no podían establecerse aún vínculos entre el incremento de la temperatura en el Ártico debido al cambio climático y el enfriamiento de la estratosfera.
Según la OMM, la concentración de ozono en el Ártico hubiera sido peor de no mediar el Protocolo de Montreal, aprobado en 1987, que regula el empleo de las sustancias que agotan esa capa protectora.
Dicho protocolo ha permitido eliminar productos utilizados en aerosoles que atacaban con la capa de ozono, como los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarbonos (HCFC).
Agencia El Universal