Lentamente emergen de la arena los vestigios militares de la antigua Tharu, la fortaleza más grande que se conoce del Egipto faraónico. Emplazada en el sitio arqueológico de Tal Habwa, en la ribera este del canal de Suez, fue erigida durante el Imperio Nuevo para defender el territorio egipcio de las invasiones procedentes del noreste.
Las autoridades egipcias anunciaron a comienzos de mayo el hallazgo de una parte del dintel de la entrada monumental situada en el lado este de la fortaleza, con inscripciones de Ramsés II, además de adobes de los almacenes reales de Tutmosis III y Ramsés II y algunos sellos con el nombre de Tutmosis III, según informan en un comunicado.
Una vasta necrópolis de la dinastía XXVI
Esta imponente fortaleza, cuyo descubrimiento fue anunciado en 2007, funcionó como cuartel general del ejército egipcio en la península del Sinaí, por ejemplo durante la invasión de los hicsos, los «gobernantes extranjeros» procedentes de los territorios palestinos.
«Los huesos de humanos y caballos hallados en la zona atestiguan la dramática realidad de estas batallas», afirmó en su día Zahi Hawass. En esta ocasión se han hallado, además, las ruinas de una vasta necrópolis de la dinastía XXVI con varias tumbas que contienen restos óseos con evidentes lesiones realizadas en el campo de batalla. Los bloques de piedra caliza y otros fragmentos serán exhibidos en un museo de historia militar que se instalará en las proximidades.