En el libro Venenos el amor aparece como redención de la muerte en el lento camino del veneno, una muerte en donde lo semejante cura lo semejante, cuando es correspondido. A través de la magia poética el erotismo y los tósigos, se entrelazan los versos, libro de minucia erudita y belleza transcendental, de estilo clásico, expresó la académica, ensayista e investigadora Raquel Huerta-Nava durante la presentación del volumen en la que participaron también Daniel Téllez y la autora Elizabeth Algrávez.
El título es publicado por Conaculta, a través de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA. Los poemas fueron inspirados en el Libro de los Venenos, del poeta español Antonio Gamoneda, quien los recopiló, presentó y comentó a partir del libro sexto de Dioscórides (médico, farmacólogo y botánico de la antigua Grecia).
Otra influencia que reconoce Elizabeth Algrávez en su obra son las referencias a Kratevas, médico de cabecera de Mitríades Eupator, nombre derivado del dios persa del sol Mitra y la raíz europea da (otorgar), que significa “otorgado por Mitra”.
Los poemas están acompañados por dibujos realizados por la autora, quien contó con la asesoría de Víctor Hernández, un grafitero de Tijuana, su ciudad natal.
En su intervención, Daniel Téllez dijo que el libro presenta dosis de veneno en cada uno de sus versos, a través de los cuales se transmite al lector esa necesidad de prolongar un dominio, una pasión por el ser amado.
“Hay en sus páginas una bandera fundamental que es el erotismo, que se muestra plena en todos los poemas, coquetea con la forma natural del erotismo. Insisto en esta cuestión del erotismo como inalcanzable, porque me parece que aquí se le da la vuelta de tuerca justamente a esa naturaleza del veneno.
“Hay por ello una pequeña dosis de veneno en cada uno de los poemas y hay también esa necesidad de prolongar en el amante ese veneno, esa pasión, una especie de dominio, de posesión mutua de los cuerpos y todo el poema es un canto para lograr esa prolongación”, señaló Daniel Téllez.
Elizabeth Algrávez agradeció a las personas que colaboraron en la edición del poemario Venenos, “en especial a mi amigo grafitero (Víctor Hernández), quien conoció los versos desde su primera versión y que le inspiraron la creación de diversas figuras.
“En ellas se hace referencia a las plantas que pueden ser usadas para crear venenos, pero también aparece la figura de una mujer, que para él, en su condición masculina, estoy seguro que es su veneno”, Elizabeth Algrávez.