México.- Héctor Azar decía que el teatro era la “ocasión magnífica” para comunicarse con sus semejantes, que le servía para internarse en las cosas de la vida y que la existencia es más digna de ser vivida, si se recibe por los caminos que el arte establece.
El camino del maestro -fallecido en mayo de 2000- fue el teatro, y se convirtió en uno de los dramaturgos más notables de su generación, fue director de escena y promotor cultural. Además de sus montajes, uno de sus legados fue el Centro de Arte Dramático, A.C. (CADAC), que fundó en 1975 con la intención de construir un espacio dedicado a la formación de actores y a la producción de obras.
Con el tiempo, el CADAC, asociación civil sin fines de lucro, también se dedicó a la difusión del arte teatral en sus diversas manifestaciones: creación dramática, dirección escénica, didáctica del teatro, historia del teatro e investigación teatral, entre otras.
El espacio ubicado en una antigua casona en pleno centro de Coyoacán, viejo barrio ubicado en el sur de la Ciudad de México característico por su rica vida cultural, fue entregado a la asociación civil en comodato, término que lo exenta de pagar renta, pero lo obliga a mantener el edificio en buenas condiciones.
El CADAC podría desaparecer en los próximos días porque el comodato se venció el 27 de marzo y la asociación tiene 30 días naturales, a partir del 2 de mayo, para abandonar el inmueble que, además, resguarda el archivo de Azar, una biblioteca con 8 mil volúmenes y un centro de documentación especializado en este quehacer artístico.
La razón por la que se terminó el comodato, dice Rabindranath Espinosa, director general del CADAC, es que el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) decidió que sí había fines de lucro.
“Nosotros solicitamos la renovación en diciembre del año pasado y el INDAABIN nos respondió el 3 de abril que ya no procedía porque la legislación cambió y ahora hay otros criterios para dar los comodatos”, dice Espinosa en entrevista.
El director refiere que de inmediato interpusieron un recurso a través de un despacho de abogados y están a la espera de la resolución. “Cumplimos con lo que nos han pedido, les hemos explicado que sí recibimos un pago por las inscripciones pero que los ingresos se reinvierten para que CADAC pueda continuar con su trabajo”, explica.
Y agrega: “El peor escenario es que tengamos que cerrar y será muy lamentable no sólo por CADAC, sino porque perder un proyecto de estas características en la situación actual es muy grave. El teatro es parte de la formación integral de los niños y los adolescentes, y cada vez que se pierde un espacio para la cultura y el arte es imperdonable en un Estado moderno y democrático”.
Espacio escénico “sui generis”
Espinosa explica que el CADAC es un espacio sui generis porque no sólo se dedica a la formación, también resguarda un acervo documental importante para el teatro nacional. “El archivo fotográfico es consultado por instituciones como la UNAM, el acervo de Héctor Azar es muy importante, tenemos una videoteca, una fonoteca, vestuario; en fin, entiendo que hay leyes pero deben investigar qué implica nuestra desaparición. Ojalá que tomen una buena decisión, si no, trabajeremos en la banqueta, pero haremos que CADAC continúe con su labor”.
Por lo pronto, dice, esperan que la comunidad cultural y, sobre todo, la teatrera manifiesten su solidaridad con el centro.
Agencia El Universal