MADRID.— Estados Unidos cree que el Ejército mexicano (Secretaría de la Defensa Nacional o Sedena) tiene una nula preparación, es lento, sufre aversión al riesgo, está dividido y no es una garantía en la lucha contra el crimen organizado que emprendió el gobierno del Presidente, Felipe Calderón, según revela la primera entrega de los documentos secretos del Departamento de Estado sobre México, filtrados por el portal informativo de internet WikiLeaks.
Los textos, publicados en la edición de hoy por el diario español El País, revelan que Estados Unidos desconfía de la capacidad de México para luchar eficazmente contra el narcotráfico debido a la rivalidad entre los cuerpos de seguridad, a la “generalizada” corrupción oficial y a la falta del capacitación del Ejército para reunir pruebas que incriminen a sus detenidos. No obstante, la embajada de EU reconoce el compromiso “sin precedentes” de Calderón en la guerra contra los narcos.
Por el contrario, los informes remitidos al Departamento de Estado por diplomáticos estadounidenses reflejan una opinión de la Marina (Secretaría de Marina o Semar) muy positiva. Dicen que “está bien entrenada, bien equipada y ha mostrado su capacidad para responder con rapidez a las acciones de inteligencia”. En este sentido, destacan la operación que condujo a la captura y muerte del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva. Un éxito de la Semar “que pone a la Sedena en la difícil posición de explicar por qué han sido reacios a actuar de manera inteligente y dirigir la operación contra objetivos de alto nivel. Nuestros servicios transmitieron la información originalmente a la Sedena, que se negó a actuar con rapidez y reflejó una aversión al riesgo que ha costado a la institución una victoria principal contra el narcotráfico”, dice uno de los cables.
En el informe, escrito un día después de la operación por el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, el diplomático también alude al titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal de México, Genaro García Luna, quien resultó perdedor en la operación para la captura. “García Luna ya ha dicho en privado que la operación debería haber sido suya”.
Sobre la caída de Beltrán Leyva, Pascual subraya el que la operación fue posible gracias a la información proporcionada por la delegación de Estados Unidos sobre la ubicación del capo. Y al final del texto destaca tres de los argumentos que constituyen una constante en sus despachos hacia Washington: la fiabilidad de la Marina, la falta de rapidéz del Ejército y la omnipresencia de EU en las cuestiones de seguridad de su vecino del sur.
La descoordinación entre cuerpos también está presente en otro documento elaborado el 29 de enero de 2010. En él se destaca el que “Felipe Calderón ha atacado agresivamente a las organizaciones de tráfico de drogas, pero ha luchado con la descoordinación de los servicios de seguridad, con ratios de violencia en espiral que le han hecho vulnerable a las críticas de que su estrategia anticrimen ha fracasado”.
En este sentido, se refiere a la rivalidad entre los cuerpos de seguridad de las que dice “están a menudo presas de una competencia de suma cero en la que un éxito de un organismo se ve como el fracaso del otro”. Denuncia que “la información se guarda celosamente y las operaciones conjuntas son casi desconocidas”. Y que la corrupción oficial “es generalizada”.
En otro despacho, diplomáticos estadounidenses critican la salida del Ejército a las calles de algunos lugares como Ciudad Juárez. Dan cifras: sólo 2% de los detenidos son llevados a juicio, y sólo 2% de los detenidos en Ciudad Juárez han sido responsabilizados de un crimen. Y reconocen que los militares no estaban preparados para patrullar las calles o imponer la ley, ni tienen la autoridad para recoger pruebas y presentarlas ante la judicatura.
Ante esta situación y en lo que varios diplomáticos estadounidenses coinciden es en que “México necesita la ayuda de EU”. “Sus altos mandatarios, desde el propio presidente Felipe Calderón hasta funcionarios de la Secretaría de Gobernación o de la Procuraduría General de la República (PGR), aprovechan cualquier reunión con autoridades estadounidenses para insistirles en su petición de ayuda tecnológica y de formación”.
Agencia El Universal