El gobierno y PRI procederán contra sus gobernadores corruptos. Un suicidio cuando el PAN alista denuncias para todos los priístas. Ochoa convoca a los viejos militantes para acabar con camarillas
Suena a suicidio, pero viene.
Ni el gobierno federal ni el Partido Revolucionario Institucional (PRI) defenderán a los gobernadores a quienes el dirigente panista ha marcado para pavimentar su camino a la Presidencia de la República.
Esta información no parte solamente del anuncio del retiro de todo respaldo político tricolor a los mandatarios salientes de Veracruz, Javier Duarte, y de Quintana Roo, Roberto Borge.
Por supuesto Carolina Monroy tuvo autorización superior para difundir el boletín dominical donde, bajo el título Nadie por encima de la ley, se refiere específicamente a ellos dos.
Para tener idea de cuanto viene será necesario escuchar el mensaje de toma de posesión del seguro próximo presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, en sus condenas a la corrupción.
-El mensaje de nuestra militancia y de los electores del 5 de junio es muy claro: o tenemos gobiernos con honradez o tendremos la condena de la sociedad –me dijo ayer, cito de memoria, el propio Ochoa Reza.
EL GOBIERNO HARÁ LA TAREA AL PAN
En el diálogo, Enrique Ochoa Reza habló de un nuevo PRI.
Sigo de memoria:
-Claro que tenemos la demanda de la militancia, de la gente. Iremos a donde nos lo reclamen las demandas sociales. Abanderaremos la lucha de unos y otros, de los propios, de los simpatizantes, de la población.
Más allá de sus declaraciones, el panorama es claro:
Las acciones emprendidas por el Sistema de Administración Tributaria (SAT), la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y la Procuraduría General de la República (PGR) no quedarán en simulaciones.
Perdidos siete estados, los gobernadores derrotados debieran estar preocupados.
Por interés político de Acción Nacional (PAN) y de Ricardo Anaya, quien ya ve su toma de protesta en Palacio Legislativo el 1 de diciembre del 2018 y su residencia en Los Pinos, habrá señalamientos a granel.
El asunto es:
¿Los aparatos de justicia del Estado serán los brazos instrumentadores para entregar el poder federal a Anaya o, alguien no contemplado por el panista, a Andrés Manuel López?
Bonito dilema.
OCHOA: FIN A CAMARILLAS PRIISTAS
En tema aparte, y a reserva de ver cómo el PRI se mutila, vale la pena una información adicional.
Enrique Ochoa Reza ha iniciado una operación cicatriz.
Ha comenzado a llamar a los priístas desplazados desde hace años –algunas veces por lustros o decenios- por las sucesivas cúpulas tricolores.
Porque ha sido un grupo reducido – o de camarillas y con revanchismos internos- los que se han apoderado del partido desde aquella derrota de Francisco Labastida en julio del 2000.
Ida Dulce María Sauri, última designación de Ernesto Zedillo y presidenta en la triste entrega de la Presidencia de la República a Vicente Fox, llegaron sucesivamente muchos personajes y pocas victorias:
Roberto Madrazo, el comodín Mariano Palacios, Beatriz Paredes, Humberto Moreira Valdez –último presidente ganador-, Pedro Joaquín Coldwell, César Camacho, Manlio Fabio Beltrones y la interina Carolina Monroy.
Hoy los desplazados han recibido señales de reintegración.
Eso puede fortalecer al PRI.
De lo contrario…