A 80 años de la destrucción del mural El hombre en la encrucijada, de Diego Rivera (Guanajuato, 8 de diciembre, 1886- Ciudad de México, 24 de noviembre, 1957) el Instituto Cultural de México en Washington exhibe material inédito de la obra en versión facsimilar de cartas, telegramas, contratos, dibujos y documentos, que narran la historia del mural desde que se le solicitó la realización al famoso pintor, hasta su destrucción.
Fue en 1932 cuando el industrial John D. Rockefeller contrató al artista mexicano para realizar un mural en el vestíbulo principal del Centro Rockefeller en Nueva York, pero contrario a los bocetos originales, Diego Rivera plasmó la figura de Vladímir Ilich, Lenin (líder de la Revolución Rusa, 22 de abril, 1870-24 de enero, 1924), hecho que generó indignación en la familia Rockefeller y le valió la cancelación del contrato y la destrucción de la obra.
En entrevista, Laura Ramírez Rasgado, directora del Instituto Cultural de México en Washington DC, indicó que la exposición El hombre en la encrucijada. El mural de Diego Rivera en el Centro Rockefeller, es resultado de una investigación desarrollada en años recientes y que concluyó en la elaboración del libro Un hombre en la encrucijada. Historia de los bocetos del mural de Diego Rivera, editado en inglés y español por editorial Trilce.
La promotora cultural expuso que en el instituto actualmente se trabaja en el programa Diálogos artísticos México-Estados Unidos y que acudiendo a la memoria y a la conmemoración de momentos importantes, se lleva a cabo la exposición, aprovechando la magnífica investigación realizada en el acervo de la Casa Azul, a propósito de la restauración de los bocetos del mural con apoyo del Bank of America.
“Se recurre a la historia de arte como una disciplina fundamental que nos ayuda a recordar momentos importantes de nuestros artistas y de distintos momentos en la historia del arte mexicano. Esta muestra es una historia compartida entre México y Estados Unidos integrada por material inédito, entre cartas, telegramas, contratos, y la reproducción de los bocetos que Diego Rivera hizo para el mural del Rockefeller”, expuso Laura Ramírez.
Laura Ramírez Rasgado refirió que esta historia compartida tiene que ver con la presencia de Diego Rivera en Estados Unidos y la influencia que ejerció en distintas corrientes artísticas en Estados Unidos. “Diego Rivera ya había pintado en Detroit, San Francisco, presentado su primera exposición en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa)”, apuntó.
“Creo es muy interesante observar los valores estéticos de Diego Rivera, la evolución del mural, lo que pasaba en esos momentos en el mundo que era la gran depresión en Estados Unidos, y cómo los artistas tanto mexicanos como de otros países participan en proyectos que se llevan a cabo en Estados Unidos”.
La exposición, comentó, está dividida en nueve salas, iniciando con los Antecedentes, en el que se explica que Diego Rivera es ya un artista consolidado y cómo llega a los Estados Unidos. En la segunda sala se habla del Diego Rivera en Estados Unidos, sus experiencias al principio de los cuatro años que trabajó en diferentes proyectos en ese país.
“Aquí se explica, por ejemplo, cómo le impacta la visita a Moscú en el décimo aniversario de la Revolución Rusa, la producción que realiza en Nueva York, la exposición en el MoMa”, indicó.
La directora del Instituto Cultural de México en Washington DC señaló que en la tercera sala, El Centro Rockefeller, se explica cómo en la época de la gran depresión la familia Rockefeller convoca a artistas, diseñadores y arquitectos a la construcción del gran Centro Rockefeller, y se narra el contexto social y económico de Estados Unidos a principios de los años treinta del siglo XX.
En el siguiente núcleo temático –apuntó– El Mural, se relata el proceso de preparación de los bocetos y las primeras tensiones entre Diego Rivera y los contratistas, para en la quinta sala explicar porqué se da El conflicto.
“Diego Rivera va incorporando distintos elementos al mural a los que había quedado con los constructores del Centro Rockefeller, entonces se explica la batalla de los contratistas y Diego Rivera”.
En dicho núcleo se narra la batalla del pintor por mantener la integridad de su obra y su libertad de expresión, y las intenciones de la familia Rockefeller y los arquitectos por modificar los elementos que consideraban que ofendían.
Laura Ramírez comentó que la muestra continúa con los núcleos La Transformación en la que se compara los momentos del proceso del mural; La Protesta, una breve síntesis de las manifestaciones de apoyo y desaprobación que se desataron ante la decisión de suspender el trabajo del muralista, y El Mural, en el que se exhiben bocetos y dibujos restaurados por el Museo Diego Rivera-Anahuacalli, una reproducción del mural en el Palacio de Bellas Artes, y el mural que está actualmente en el espacio del Centro Rockefeller, destinado originalmente a El hombre en la encrucijada.
“Con el proceso de restauración de los bocetos del mural del Centro Rockefeller se ha podido dejar esta historia a generaciones futuras”, aseguró.
El montaje, que abrió sus puertas el pasado 21 de noviembre, explicó Laura Ramírez Rasgado, ha tenido una afluencia, sobre todo, de público joven y están recibiendo a grupos de escuelas, universidades que están interesados en conocer la historia del mural.
“La exposición ha llamado mucho la atención a los jóvenes tanto hispanos como estadounidenses porque no conocen esta historia que empieza a ser difundida. Esperamos tener un público nutrido todos los días en el que podamos ampliar la información sobre esta historia compartida tan interesante y polémica”.
Los documentos que se exhiben pertenecen al Archivo Diego Rivera y Frida Kahlo, y fueron reunidos luego de la investigación realizada en este acervo de la Casa Azul, a propósito de la restauración de los bocetos del mural.
“La restauración de los bocetos fue un fenómeno muy importante que se llevó a cabo en acción, en el año 2012. Diego Rivera, en su testamento, declaró que del Museo Diego Rivera-Anahuacalli, no podían salir ni su colección de arte prehispánico ni sus bocetos sobre el mural del Centro Rockefeller, por ello se reprodujeron facsimilares”.
La agregada cultural de la Embajada de México en Washington, compartió que la propuesta con esta “exposición de muy alto nivel, resultado de una investigación muy objetiva y seria”, es que sea itinerante en Estados Unidos.
“Hay interés en el museo de Arte de Long Beach, por parte de algunos centros de Nueva York, de nuestro Consulado General de México en Nueva York. La idea es que junto con Bank of America podamos ofrecer la exposición en distintos puntos en Estados Unidos”.
La exposición El hombre en la encrucijada. El mural de Diego Rivera en el Centro Rockefeller, presentada por el Instituto Cultural de México en Washington, Bank of America Merrill Lynch y el Fideicomiso de los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo, estará abierto al público en el Instituto Cultural de México en Washington D.C hasta el mes de marzo de 2014.