Arqueólogos en México dicen haber encontrado tres calaveras humanas y una de un perro que parecen haber estado colocadas en un estante usado para el sacrificio ritual de víctimas, hace más de 600 años.
Una de las arqueólogas, María de Jesús Sánchez, indicó que los perros solían ser enterrados con sus dueños para acompañarlos al inframundo.
Pero agregó que los estantes de calaveras estaban reservados para la exhibición de cabezas decapitadas de enemigos capturados que habían sido sacrificados a los dioses.
El hallazgo ocurrió durante excavaciones para una extensión del tren subterráneo de Ciudad de México.