Estrategia de seguridad: acercarse a la sociedad

En muchos sentidos, los generales son la estrategia. Aunque ésta puede estar fija sobre papel, son las mujeres y los hombres que la interpretan y la operan quienes le dan su orientación real.

En este sentido, no puede considerarse un asunto menor la salida de Manuel Mondragón y Kalb de la titularidad de la Comisión Nacional de Seguridad. Después de unos quince meses en el cargo —tras haber iniciado el sexenio como encargado del despacho de la Secretaría de Seguridad Pública— Mondragón habrá de “retirarse del campo operativo e incorporarse a tareas de diseño estratégico en materia de seguridad”, citando el anuncio que hizo el secretario de Gobernación, licenciado Miguel Ángel Osorio Chong vía Twitter.  

Mondragón fue, además, uno de los funcionarios que mejor personificó la apertura y la pluralidad de la administración Peña
Nieto.

Al provenir de un gobierno perredista (bajo las órdenes de Marcelo Ebrard fue tanto secretario de Salud como secretario de Seguridad Pública) su sola presencia mandaba un mensaje a la sociedad, un mensaje de respeto a las ideologías diversas y de inclusión de diferentes fuerzas políticas en el gobierno de la República.  

Desgraciadamente para su causa, y también para la nueva estrategia de seguridad pública, Mondragón no pudo instalar con eficacia uno de los principales ejes de la misma: la gendarmería nacional. Originalmente estaba planeado que se echara a andar en septiembre de 2013, pero la fecha se postergó hasta julio de este 2014. A ello se debe sumar otra serie de factores menos conocidos.

Sin embargo, más que señalar yerros o especular estérilmente sobre este vital relevo en el área de seguridad pública, hay que señalar que se trata de una excelente oportunidad para reforzar la estrategia, que hasta ahora ha alcanzado varios objetivos de alto impacto y ha tenido resultados positivos en lo general.

Primordialmente, se está abriendo una puerta para acercar el quehacer oficial a la sociedad, generando un mayor contacto y una interacción más dinámica entre gobernante y gobernado.

Es en esa sinergia que los grupos ciudadanos podrán nutrir de ideas al quehacer de las fuerzas del orden, propiciando un mayor respeto a los derechos humanos y asegurando que la transparencia se extienda sin más limitante que la seguridad
nacional.

Es necesario recordar que entre mayor presencia de organismos de la sociedad civil haya en el diseño y la vigilancia de las estrategias de seguridad pública más cerca de las mismas se sentirán los mexicanos y más les otorgarán su confianza, vital para todo éxito de la autoridad. Pero, sobre todo, hay que tener muy presente que únicamente la pluralidad garantiza que se actúe con visión de Estado y no solo de gobierno en este tema, vital para el presente y el futuro de la patria.

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