Diseños y parajes hasta ahora desconocidos, que dan cuenta de ‘La Pintada’, el sitio de arte rupestre más importante de la entidad, son dados a conocer por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en una selección de 44 fotografías que exhibe en el Museo de Sonora hasta el 19 de junio.
Ubicada a tan sólo 56 kilómetros al sur de Hermosillo, en ‘La Pintada’, están distribuidas más de dos mil pinturas, cuyos diseños y algunos parajes hasta ahora desconocidos para el público, son presentados en esta exposición.
La muestra ‘La Pintada inédita’ incluye un mosaico compuesto por igual cantidad de imágenes que son el resultado de cuatro años ininterrumpidos de investigación por parte de expertos del INAH-Conaculta, quienes trabajan para que este sitio ubicado en un cañón del Cerro Prieto, sea abierto a mediano plazo.
Por medio de tomas fotográficas, el público puede admirar desde ayer el entorno natural del macizo montañoso y la pictografía ancestral que se despliega en áreas conocidas y en rincones inaccesibles.
También destacan imágenes captadas durante la realización del programa de visitas familiares y en la actividad de observación astronómica: ‘Noches de las estrellas’.
Las imágenes son producto del trabajo de exploración y registro realizado por investigadores del Proyecto Arqueológico ‘La Pintada’: Dai Elihu Blanquel García, Manuel Graniel Téllez y Alma Nohemí Vega Barbosa, y por colaboradores como Ireri Quijada Contreras y Sergio Quiroz Olvera, bajo la coordinación de la arqueóloga Eréndira Contreras Barragán.
‘Por la cantidad de pinturas rupestres, superposiciones y tipo de diseños en diferentes estilos y técnicas de ejecución, creemos que el funcionamiento de este sitio debe haber tenido una temporalidad muy larga, es decir, tuvieron que intervenir varias generaciones desde épocas muy antiguas.
‘Debido a que los rasgos de las improntas pueden ser indicadores para determinar fechas y características culturales de quienes las realizaron, con esta investigación hemos encontrado ejemplos de pictografías prehistóricas debajo de representaciones posteriores a la llegada de los europeos, e inclusive imágenes de una connotación simbólica’, explicó Contreras.
Las evidencias arqueológicas de este sitio, que actualmente recibe visita de manera controlada, consisten en herramientas rudimentarias y desechos de lítica, fragmentos de cerámica y concha, entre otras.
Estos elementos señalan que éste fue un lugar de confluencia entre varios grupos, quienes montaban campamentos abiertos en los alrededores del cañón y realizaban actividades domésticas y de carácter propicio para la caza y recolección, lo que ocurrió probablemente entre 700 y 1600 d.C.
En las manifestaciones gráfico rupestres quedaron representados venados, reptiles y aves, así como figuras humanas estilizadas, algunas de las cuales aparecen adornadas con cuernos y pieles de animales, o con los brazos en alto, en actitud de imploración o danza.
Otras imágenes plasmadas son figuras antropomorfas que portan armas y lo que parecen ser emblemas; unas se encuentran aparentemente arrojando proyectiles, también se pueden apreciar diseños híbridos o fantásticos de hombre-animal. Otros trazos son de carácter puramente geométrico, arte abstracto, testimonio de la sensibilidad de sus creadores.
Para pintar estas imágenes en las paredes rocosas, abundó Contreras Barragán, investigadora del Centro INAH Sonora, se utilizaron colores elaborados con óxido de hierro para los tonos rojo, café, anaranjado y amarillo, calizo para el blanco y carbón vegetal para el negro.
‘La mayoría de los motivos están realizados con la técnica del positivo y fueron aplicados directamente con los dedos. A pesar de que no sabemos con seguridad cuál fue el aglutinante para fijar estos colores, es posible que hayan usado resinas vegetales, nopal o grasa animal’.
Algunas de las paredes donde están plasmadas las pinturas rupestres fueron motivo de vandalismo; los grafitis fueron eliminados en años recientes por restauradores del INAH, apoyados por voluntarios de Hermosillo.
Gracias a ello, los visitantes pueden admirarlas ya limpias, lo que también implica un compromiso de cuidado del patrimonio.
Cabe mencionar, dijo Contreras, que un convenio entre los gobiernos municipal, estatal y federal, permitirá un trabajo coordinado y conjunto, en el mediano plazo la apertura del sitio con los servicios y la infraestructura necesaria para una visita segura y cómoda.
Agencia El Universal