“La obra de Frida Kahlo, su verdadera obra está reconocida en el mundo como tal. Cualquier otra obra que se quiera hacer como de su autoría debería ser sometida a pruebas de expertos; debemos pedir a los legisladores de ambas Cámaras que promuevan una modificación y un agregado a las leyes penales para que se sancione a quien trate de negociar, vender, comprar obra que no está garantizada su autenticidad”.
Así habló ayer Guadalupe Rivera Marín, hija de Diego Rivera, y secretaria del Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo (custodio de la obra de ambos artistas), en una conferencia de prensa donde estuvieron presentes también Juan Coronel, nieto del pintor; Carlos Phillips Olmedo, director del Museo Dolores Olmedo Patiño y la crítica de arte Teresa del Conde, entre otros especialistas.
En la sede del Museo Frida Kahlo, en Coyoacán, los participantes en la mesa reiteraron que las obras del lote propiedad de Carlos Eduardo Noyola y Leticia Fernández de Noyola no son originales de la artista y cuestionaron que los Noyola, en vista de que la PGR no encontró un delito que perseguir, afirmen que ganaron ante el Fideicomiso y que anuncien ahora que exhibirán las piezas del lote.
Juan Coronel, investigador, dijo que el problema es económico: “Si salen al mercado mil 200 obras de Frida Kahlo, están hablando de por lo menos 800 millones de dólares. Ese es el problema central de todo esto; el dinero, muchas veces, tiene más poder que el conocimiento”.
El también curador de exposiciones, coincidió con los demás participantes en que es necesario incrementar las leyes porque “no es posible no tener un marco jurídico a estas alturas” en contraste con países como Estados Unidos donde falsificar una obra se persigue por oficio.
“El Fideicomiso no presentó denuncia contra un delito porque en la legislación mexicana no existe un sólo artículo que sancione la reproducción de obras de autores, de artistas, de escritores. No hay nada que sancione la reproducción para la cual no se ha pedido permiso”, explicó Rivera Marín, quien también es abogada, y recalcó que durante el tiempo que ella vivió en esa casa (el hoy Museo Frida Kahlo) no conoció a una persona a quien Frida Kahlo le hubiera podido obsequiar tal cantidad de obra.
La producción de la artista
La cifra de mil 200 piezas contrasta con la obra que hoy en día está confirmado que produjo Frida Kahlo: alrededor de 400 piezas, mismas que están documentadas por el Fideicomiso, y que incluyen, precisó Phillips Olmedo, “óleos, dibujos, acuarelas, anotaciones, regalitos que ella diseñó, libros documentados, toda su correspondencia, hasta una hoja de papel con una raya”.
Para la crítica de arte Teresa del Conde, “aunque hubiera pruebas y se aprobaran en cuanto a calidad del papel y tintas, eso no es contundente, lo que tiene que verse también es cómo es el trabajo iconográfico y estilístico de Frida Kahlo, que era una mujer sumamente inteligente, y cómo son títulos, sus expresiones”.
Los participantes en la mesa reiteraron la necesidad de un análisis de expertos respecto a las obras.
James Oles, investigador de la obra de Frida Kahlo, cuestionó en qué clase de espacios, de museos, pretenden los Noyola exhibir las obras de este lote. “Si los Noyola quieren someter esas obras a un comité de expertos internacionales, no sus propios expertos comprados, esa sería otra historia, una institución formal fuera del país, el Getty… El caso es que han hecho pensar que ellos ganaron y, que como ganaron, las obras son auténticas; lo cual no pasó”.
Diego López Rivera, quien también participó en la conferencia, relató que conoció hace tres años dicho lote. “Fui sin compromiso, no soy experto, vi la obra y dije, ‘señores esto no puede ser de Frida’. Tienen dos especies de diarios y escritos con cinco o seis caligrafías diferentes que no tienen que ver con una caligrafía que está perfectamente establecida en el diario de Frida, en las cartas a Diego, en todos sus escritos.”
Phillips reconoció: “Como está la ley no podemos ahorita emprender ninguna acción legal”, y reiteró la necesidad de que los legisladores tomen el asunto en su agenda.
En entrevista, Rafael Matos Moctezuma, cuyo nombre fue proporcionado por el Instituto Nacional de Bellas Artes a la PGR cuando ésta le solicitó un perito en materia de arte, dijo: “Nunca me llamó la PGR. Lo que yo pienso es que las instituciones de cultura del Estado no pueden dejar esto en el limbo. El Estado tiene suficientes gentes para formar un comité dictaminador, un grupo de conocedores de la obra de Frida. Lo importante es que sea un órgano colegiado, que haga un dictamen serio y que éste, a la vez, se apoye en especialistas en exámenes técnicos físicos, grafólogos. La autenticidad de una obra la avalan los trazos, la calidad, el estilo, las características de la pieza, los estudios de grafólogos sobre letra y contenido. Esto lo tiene que asumir el Estado si es una buena salvaguarda de nuestro patrimonio. Sería una pena que se pierda por default. El Estado no se puede quedar en el limbo, la institución responsable tiene que formar un comité serio, colegiado, llegar a una conclusión”.
Agencia El Universal