Contrario a lo planteado en Bohemian Rhapsody, Freddie Mercury no supo que tenía SIDA sino hasta 1987, dos años después de la presentación del Live Aid que aborda la película.
Tras ver la ausencia de Mercury y Queen de los escenarios, la prensa comenzó a especular sobre la salud del cantante, y hubo algunos medios que afirmaban que había contraído VIH.
En un inicio, Mercury negó toda afirmación sobre VIH, pero sus apariciones públicas comenzaron a ser más escasas y las teorías únicamente se robustecieron.
En 1990 fue publicado un artículo de The Sun que fue acompañado de una fotografía de Mercury demacrado, pero aun así él y sus allegados negaron todos los rumores.
En 1991 se filmó el video de “These Are the Days of Our Lives”, cuyas escenas serían de las últimas de Mercury, quien mostraba extrema delgadez, en vida.
Cuando el cantante concluyó su trabajo con Queen en junio de 1991, se retiró a su casa de Londres.
El 22 de noviembre de ese año, Mercury llamó a su manager para preparar un mensaje público con el cual aceptaría que tenía SIDA.
El mensaje fue publicado al día siguiente y decía:
“Después de todas las conjeturas hechas por la prensa en las dos últimas semanas, deseo confirmar que fui diagnosticado VIH positivo y tengo SIDA. Sentí que lo correcto era mantener esa información privada, para proteger la privacidad de quienes me rodean. Pero ya es tiempo de que mis amigos y fans sepan la verdad y espero que se unan, a mis doctores y a todos los que están luchando alrededor del mundo contra esta terrible enfermedad. Mi privacidad siempre ha sido especial para mí y soy famoso por casi no dar entrevistas. Por favor entiendan que esa política continuará”.
Mercury falleció el 24 de noviembre de 1991, es decir, al día siguiente de que haber emitido el mensaje.
La causa oficial de su muerte fue bronconeumonía resultado de SIDA.
Esta nota originalmente se publicó en Excélsior