El misterioso agente canino que participó en la operación que derivó en la muerte de Osama Bin Laden causó furor en el mundo. Pero más allá de la expectativa, las autoridades norteamericanas han repensado el papel de los perros en las guerras, por lo aumentarán el número de animales en Afganistán, los cuales pasarán de 350 a 650.
Desde los atentados del 11 de septiembre, Estados Unidos incrementó a sus perros soldados, también conocidos como K-9. Actualmente hay dos mil 700 canes; hace 10 años eran mil 800.
Sin embargo, desarrollar el máximo potencial de los animales es caro, pues entrenar a cada perro para ser marine cuesta 40 mil dólares.
Amén del precio que la nación más poderosa del mundo gasta por el entrenamiento canino, en el campo de batalla los perros son considerados como soldados humanos.
The New York Times relató en un reportaje sobre los cuadrúpedos castrenses en el que se cuenta que la tropa disparó contra un perro que atacó a un Labrador, miembro de la tropa.
«Nosotros consideramos al perro, otro marine», dijo el capitán Manuel Zepeda, quien comanda el segundo Batallón en Afganistán.
Los perros son muy valorados en la milicia por su capacidad olfativa, que es 40 veces más potente que el de cualquier humano, su fino oído, coraje e incorruptibilidad.
Los agentes caninos son ataviados con gafas protectoras, chaleco salvavidas, máscara antigás y localizador GPS en las misiones de alto impacto.
Por lo pronto, la identidad del perro «héroe» que capturó a Osama, al igual que la del equipo SEAL, no ha sido revelada. El presidente norteamericano, Barack Obama, es uno de los pocos que conoce al can, pues lo condecoró, al igual que a sus compañeros humanos.
Agencia El Universal