San Sebastián.- Han pasado ocho años para que el cineasta español Enrique Urbizu regresara con un nuevo thriller, ese género con el que ya despuntó en 1991 con Todo por la pasta y que recupera hoy con No habrá paz para los malvados.
Había mucha expectación por ver el filme que hoy abrió la carrera por la Concha de Oro en San Sebastián, y la crítica no ha escatimado en aplausos para este thriller sobre un hombre involucrado en un triple asesinato que desenmascara una red de terroristas islamistas.
«El que esté un poco documentado y conozca bien los hechos tiene multitud de referencias: la casa de Morata de Tajuña, la calle Tribulete, la estación Sur de autobuses, la estación de Atocha. Esa presencia en discotecas de moda, el menudeo de droga, chicas, todo eso está sacado del 11-M»,, explica el cineasta.
Sin embargo, su objetivo no fue reflejar los atentados del 11 de marzo de 2004, que acabaron con la vida de 191 personas y dejaron más de 1.800 heridos cuando varias bombas estallaron en cuatro trenes de la capital española, noticia que dio la vuelta al mundo.
«Yo no creo que hayamos hecho una película sobre el 11-M, sino casi política ficción sobre un hecho muy similar a aquellos atentados”, considera el realizador español.
Premian a Close
Tras este shock, Glenn Close recibirá hoy el Premio Donosti y presentará su última película, Alberts Nobbs, dirigida por Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez.
En su nueva cinta, la estelar de Relaciones peligrosasinterpreta a una una mujer que desafía a la sociedad machista y se disfraza de hombre en la Irlanda del siglo 19, para conseguir empleo
Agencia El Universal