El papa León XIV concluyó su visita apostólica a Líbano con un firme llamado a la paz, la reconciliación y la convivencia interreligiosa en un país marcado por tensiones políticas, crisis humanitaria y el impacto de conflictos regionales.
A su llegada al aeropuerto de Beirut-Hariri, el pontífice inició una serie de encuentros con autoridades, líderes religiosos y comunidades locales, destacando desde el primer momento la urgencia de reconstruir la confianza entre los pueblos y trabajar por la estabilidad de la región .
Durante su recorrido, León XIV visitó el santuario mariano de Harissa y la tumba de San Charbel, donde elevó una oración por las víctimas de la violencia y por quienes se ven obligados a migrar a causa de la guerra. En estos encuentros pidió a la población “no descartar a quienes huyen de los conflictos”, instando a brindarles dignidad y protección .
Uno de los momentos centrales de su viaje fue el encuentro interreligioso realizado en la Plaza de los Mártires de Beirut, donde líderes cristianos y musulmanes se sumaron al mensaje del pontífice. Allí, León XIV subrayó que el mosaico religioso de Líbano es prueba de que la coexistencia y la paz son posibles, aun en medio de la adversidad .
El papa también destacó la necesidad de frenar la emigración masiva de jóvenes y familias, un fenómeno que ha debilitado a la sociedad libanesa. Ante autoridades y representantes civiles, llamó a “construir la paz como vocación y deseo genuino del pueblo”, y pidió a las partes involucradas en los conflictos regionales detener toda forma de violencia .
La visita de León XIV fue interpretada por analistas y líderes locales como un gesto de apoyo al país y un esfuerzo diplomático para promover el entendimiento en Medio Oriente, donde el pontífice insistió en que el diálogo debe prevalecer sobre el miedo y los prejuicios .

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