De acuerdo con el doctor en Fisiología e investigador Marcelino Cereijido (Buenos Aires, 1933) , ‘no hay nada en el mundo moderno que la ciencia y la tecnología no puedan explicar’, y a partir de ese antecedente escribió el reflexivo ensayo ‘Hacia una teoría general sobre los hijos de puta’.
No se trata, explica el autor del libro editado por el sello Tusquets en México, de un estudio sobre una presunta grosería o una forma simple de ofender, sino de un amplio y cabal ensayo sobre esos personajes, que existen desde el inicio de la revolución agraria en el mundo, que hacen el mal a propósito, o sin ton ni son.
Cereijido advirtió que los seres humanos que se clasifican como personas que hacen mal sistemáticamente, nada tienen qué ver con las prostitutas. Eso en términos generales, aunque puede haberlos cuya progenitora, efectivamente, se dedique a ese oficio.
El título para esas personas, añadió, existe en prácticamente todo el mundo, aunque con sus variantes de idioma, usos y costumbres, y modismos, puntualizó el entrevistado en la comodidad de su hogar en esta ciudad.
Explicó que ellos han causado, a lo largo de los siglos, más daños y desdichas que cualquier enfermedad, epidemia, terremoto, guerra o líder político. ‘Son una fuente de desgracia que no se compara con nada, ni con el cáncer ni con la lepra, ni con el SIDA ni con la influenza HINI, ni con otra cosa’.
Para dar forma a este libro (que nació en su mente luego de ver unas páginas del periódico y enterarse de un fraude, de un asesinato, de una violación, de un robo, de un asalto a mano armada, de una explosión provocada…) , el autor echó mano de sus conocimientos en temas de fisiología, genética, historia, letras y filosofía.
Tras sus investigaciones y observaciones reflexivas y tras hacerse la pregunta si este tipo de personas ¿nacen o se hacen?, el bonaerense Cereijido llegó a la conclusión de que pueden nacer o hacerse en el transcurso de su vida. ‘Las circunstancias lo puede detonar; un soldado asesino de hoy pudo ser un pacífico carpintero ayer’.
Sin embargo, desentrañó que esas personas, existentes en todas las edades y de cualquier sexo, condición social, económica o política, ocupación, color, raza y credo, a través de la corrupción y malos manejos de los bienes propios y ajenos; lo peor es que en el mundo hay cada vez muchos más.
Lo cierto, aseguró, es que se trata de un asunto biológico (como lo es el sueño: La gente duerme en México, China y Francia) y no de un tema que encaje en lo social (Los mexicanos hablan español, los chinos, chino y los franceses, francés) por lo que estas personas pueden estar en cualquier rincón del planeta.
Según su análisis, el afán por causar daño al próximo, desde siempre, es mucho más que un comportamiento cultural o psicológico.
‘Responde a pautas-patrones que permiten un estudio de la maldad desde el punto de vista biológico, visto en este libro a través de la perspectiva genética y la fisiología celular y molecular’.
Agencia El Universal