México, D.F.- Es posible que jamás se haya oído hablar de Jacob y Wilhelm Grimm, pero seguro sí de sus cuentos de Blancanieves o La Cenicienta. Tal vez no se recuerde a Carlo Collodi, pero no así a su Pinocho, esa célebre marioneta de madera que quería ser un niño de verdad, sí se le tiene presente.
Tampoco se nos puede olvidar la entrañable historia de El patito feo, una de los cuentos más famosos de Hans Christian Andersen (Odense, Dinamarca, 2 de abril de 1805-Copenhague, Dinamarca, 4 de agosto de 1875).
Los escritores de cuentos para niños no siempre son relacionados con sus obras, sin embargo sus relatos han trascendido en el tiempo y llegan hasta nosotros tan conmovedores como lo eran cuando aparecieron por primera vez.
Por suerte, siempre hay quienes se interesan en mantener frescas en la memoria, esas historias que nos llenaron la infancia de incontables aventuras. Tal es el caso de la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY, International Board on Books for Young People) que para recordar el aniversario del nacimiento de Hans Christian Andersen, desde 1967 celebra el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, cada 2 de abril.
Por cierto, IBBY seleccionó a los mexicanos Juan Gedovius (ilustrador) y Francisco Hinojosa (escritor) para elaborar el cartel y texto promocionales, respectivamente, del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2012.
Hans Christian Andersen, autor de cuentos como La pequeña cerillera (dedicada a su madre), El soldadito de plomo, La sirenita y El traje nuevo del emperador, entre muchos otros, nació en el seno de una familia muy pobre, al grado que en ocasiones tuvo que mendigar y dormir bajo un puente. Su padre era zapatero y su madre lavandera. Andersen tenía apenas 11 años de edad cuando su padre murió, razón por la que dejó de asistir a la escuela, pero se dedicó a leer todas las obras que podía conseguir, entre ellas las de Ludwig Holberg y William Shakespeare…
¿Qué libros leyeron en su infancia los actuales escritores e ilustradores de narraciones para niños, cuáles fueron sus favoritos y quién los puso en sus manos? A propósito de esta conmemoración anual, en honor al gran autor danés, algunos creadores comparten sus anécdotas.
El ilustrador Alejandro Magallanes, ganador de diversos premios internacionales como el Golden Bee (en Rusia) en la categoría de libro en la Bienal del mismo nombre, recordó: “Uno de mis libros favoritos era una enciclopedia del mundo animal, ampliamente ilustrada con fotografías. Mi hermano y yo le llamábamos el libro de los animales. Lo veíamos, pues estaba en inglés. Nos la regaló nuestro tío Fernando, hermano de nuestra madre”.
Becky Rubinstein, Premio Nacional de Cuento Infantil Juan de la Cabada (1988), entre otros, y quien realizó la traducción del libro El alrevesado emperador de China, recién editado por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta, en su colección Narrativa infantil, comentó: “Me acuerdo con verdadera alegría del libro de Cenicienta. Aunque en inglés, me encantó recibirlo de manos de una tía materna que fue de viaje a los Estados Unidos. También recuerdo con alegría el libro Cuentos de la Biblia para niños, que no paraba de leer. Me lo compraron mis papás en una feria del libro en el Centro Deportivo Israelita.
“Y cuando me regalaron -no recuerdo quién ni cuándo- el tomo de cuentos de Andersen, me sentí realizada. Luego vino el tomo de cuentos chinos, y una Heidi, que me acompañó desde el quinto año de primaria. Y luego, David Copperfield (de Charles Dickens). Si mal no me acuerdo, fueron regalos de cumpleaños. Y los leí con verdadera devoción, así como Rosas de la infancia (Lecturas para los niños), de María Enriqueta (Camarillo de Pereyra), que aunque obligatorio, me encantó leer y releer”.
Antonio Malpica, recién galardonado con el Premio Gran Angular 2011 de Literatura Juvenil, por A donde no conozco nada, dijo que su libro favorito de la infancia es Los tigres de la Malasia (de Emilio Salgari). “Aunque, la verdad, ya estaba saliendo de la infancia, pues lo leí en segundo de secundaria. Antes que ese, ningún libro me gustó tanto porque… bueno, la verdad no fui niño lector.
“Mis fantasías estaban llenas de Don Gato y Los Picapiedra. Pero nunca es tarde para enmendarse. Y Sandokan (protagonista de Los tigres de la Malasia) -¿hay mejor héroe de novela?- llegó como una tempestad a mi vida, a llenarme para siempre la goleta de libros. También recordó que se lo dio: algún bibliotecario. Otro épico héroe -maldita sea mi memoria- del que olvidé el nombre y borré el rostro. El libro lo leí -todo- en los recesos de la escuela, metido en la biblioteca mientras otros jugaban”.
La escritora Mónica Brozon, premio El Barco de Vapor 1996 por el libro infantil ¡Casi medio año!, recordó que: “El libro que más me gustó era una recopilación de relatos que se llamaba Cuentos de Polidoro. Incluía cuentos de hadas, leyendas, fábulas, clásicos como El Quijote y Pinocho, todas recontadas por autores latinoamericanos contemporáneos. Eran tres tomos que de tantas lecturas acabaron medio deshojados. Hace tiempo los mandé empastar de nuevo y los conservo como un tesoro. Me los dio mi papá”.