Lin Durán…coreógrafa, bailarina, investigadora cerebro de la danza

El pasado miércoles 16 de abril falleció la bailarina, coreógrafa e investigadora Lin Durán, considerada “el cerebro de la danza en México”, al ser fundadora de la primera escuela para la formación de coreógrafos(hoy Centro de Investigación Coreográfica CICO-INBA) y forjadora de instituciones como la Escuela Nacional de Danza Contemporánea de INBA y las Escuelas Vocacionales de Arte.

“Para Lin Durán no sólo se trata de bailar bien sino formar buenos coreógrafos, que la danza tenga qué decir, decirlo bien y decirlo con toda la energía y cualidades que tiene la expresión dancística. Sus clases salían de lo convencional porque eran pensadas y hechas para coreógrafos, es decir, para quienes se van a expresar a través de la danza”, explicó la maestra Tania Álvarez como parte de un homenaje realizado a la maestra en junio del 2013.

Lin Durán (Chihuahua, 1928) inició sus estudios artísticos en 1945, con los maestros Seki Sano y Guillermina Bravo. Al formarse el Instituto Nacional de Bellas Artes en 1948, fue integrante del Ballet Waldeen y de la Academia de la Danza Mexicana, fundada por el director Carlos Chávez.

Formó parte del Ballet Nacional de México, dirigido por Guillermina Bravo y Josefina Lavalle, en donde interpretó obras como La pastorela, La iniciada, En la boda, El bautizo, Fuerza motriz, Carta a las madres del mundo, Guernica, La nube estéril, El amor amoroso, Juan Calavera y Corrido del Sol.

Fue en 1960 que inició una década de periodismo cultural con el tema de la danza y el ballet. Como cronista y crítica de danza, escribió en publicaciones como el suplemento cultural de Ovaciones, la revista Política y en La Revista de la Universidad.

“Desde sus primeros escritos muestra una gran responsabilidad con el materia que juzga: La Danza. Mira, observa, estudia antes de emitir sus opiniones en constante renovación y en continua reflexión. Conoce la danza de principio a fin, la estudia desde la ejecución por el recuerdo de sus vivencias y la experiencia que le dejó ser bailarina en los mementos de construcción de la danza en México”, describe la maestra de danza española Silvia Durán en el Prólogo de la Serie de Investigación y Documentación de las Artes.

El Cenidi-Danza, del que fue directora, ha publicado sus libros La humanización de la danza, Manual del Coreógrafo y Caleidoscopio de la forma artística.

En 1983 se encargó del área de danza de la recién formada Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas del INBA y propuso la creación de las Escuelas Vocacionales de Arte (EVA).

De acuerdo con información del Laboratorio de Recopilación de la Danza, el papel que jugó Lin Durán en la creación de las EVA es relevante, “ya que por medio de estudios logra que los niños adquieran cualidades y habilidades específicas necesarias para bailar incluyendo un desarrollo físico, sin por ello impartirles la técnica rígida y formal usual, permitiéndole así al niño que crezca en sus potenciales naturales a partir de juegos creativos”.

Como maestra se desarrolló en la Academia de la Danza Mexicana y en el seminario de Danza Contemporánea. Algunas de sus alumnas destacaron el legado de su mentora en junio del 2013 en el marco de un homenaje organizado por el Centro de Investigación Coreográfica del INBA (CICO).

Para Elizabeth Cámara, directora del Cenidi (Centro de Documentación, Investigación e Información de la Danza) “José Limón”, Lin Durán no necesita de grandes galas para ser una mujer con presencia, personalidad y elegancia, pues sólo su estar provoca respeto a su calidad académica, convirtiéndola en una personalidad de la danza.

“En sus clases, ella soltaba frases y el peso de sus palabras uno lo iba descifrando con el paso del tiempo, la capacidad de síntesis para soltar conocimiento en una frase es algo que no había experimentado. Esa capacidad jamás la había visto en alguien”.

La coreógrafa y bailarina Jenet Tame explicó que el pensamiento de Lin Durán siempre estuvo preocupado por cómo integrar a los bailarines en libertad para desencadenar la imaginación y ser la semilla para cualquier proyecto coreográfico.

“En un mundo exigente y demandante para el bailarín, uno se sentía valorado y respetado”, señaló Jenet Tame.

La maestra Jane Haw describió el sentido de armonía y sabiduría al trabajar de cerca con la integrante de la Academia Mexicana de la Danza. “Lo hizo divertido y fácil, tenía ideas claras, su manera era hacerte sentir bien. Tenemos recuerdos llenos de sensaciones, imágenes, música, sus ojos que te sonreían, la apreciación positiva, un reconocimiento y por supuesto, mucho de qué bailar. Me enseñó su pasión por la reflexión, el valor que tiene el proceso del cambio, cómo es la experiencia del otro y la importancia de lo que uno puede llegar a valorar”.

Ofelia Chávez, directora de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA, destacó que Lin Durán poseía una visión de la totalidad (parte de su impulso creador), aunado a una mente de capacidad extraordinaria de reflexión, análisis y síntesis que se traducía en un discurso rápido y conciso.