Los bebés vienen de la Rioja

A las cigüeñas blancas les gustan los edificios. Mientras más altos y monumentales, mejor. Colonizan sus alturas durante la reproducción y la cría, la etapa más importante de su ciclo vital.

Hay uno por el que tienen especial apego, una iglesia barroca del siglo XVI que tardó 100 años en construirse, solo con ladrillo macizo. La colegiata de San Miguel, en la localidad de Alfaro, un pueblo cuyos habitantes no llegan a los 10.000, al este de La Rioja, tierra célebre por los vinos -según nota de BBC Mundo-

Y por las cigüeñas que viven en el templo más grande de su región: 2.000 metros cuadrados de planta, con dos torres de 50 metros de alto y, sobre todo, 3.000 metros cuadrados de tejados, superficie de sobra para que estas aves despeguen a sus anchas cuando emprenden vuelo y enseñen a hacerlo a sus polluelos.

Un total de 105 familias de cigüeñas blancas urbanas, según los últimos datos del año pasado, anidan en los pináculos, cornisas y otros espacios elevados de este monumento, declarado como tal en España en 1976.

Es la colonia más numerosa de Europa en un único edificio.

La oficina municipal de Turismo de Alfaro va más allá: «La mayor colonia de cigüeña blanca urbana en un solo edificio del mundo», le dice a BBC Mundo su directora, Camino de La Torre, aunque el Gobierno de La Rioja -asegura el técnico de la Consejería de Medio Ambiente, Luis Lopo- no tiene elementos para comprobarlo.

Si se considera que cada uno de los 105 tiene una pareja y un promedio de tres pollos por cabeza, totalizan más de 500 cigüeñas poblando la cúspide de la colegiata de San Miguel, entre finales de diciembre y últimos de agosto, cada año.

Las cigüeñas se aparean y crían sus polluelos en la torre de la iglesia.

La primera vez que el municipio de Alfaro registró la llegada de las cigüeñas a la colegiata de San Miguel fue en 1950, asegura la directora de su oficina de Turismo. En ese año había «cuatro o cinco parejas», dice.

La ONG Ecologistas en Acción les ha llevado un censo desde 1985. Ese año, según los datos suministrados a BBC Mundo, había ocho parejas. En los años 90, la cantidad creció a las 47 y en 1999 pasó de las 100. Desde 2002 no han bajado de ese número. En 2010 llegaron a la cifra más alta: 118 parejas.

En el mundo, estas aves viven entre el norte y centro de Europa, Asia y África, y en España hay contabilizadas unas 33.000 parejas.

Cigüeña blanca urbana, así la llaman. Ciconia ciconia es su nombre científico. Habita sobre todo en pueblos y ciudades pequeñas. Vive 20 años. Plumaje blanco, excepto el negro de los bordes de sus alas, que cuando se extienden y planean superan los dos metros. Pico largo, hasta 18 centímetros, y sonrosado como sus patas, cuando son adultos.

Además de las cúspides de ladrillo, la naturaleza en los alrededores de Alfaro es otro aliciente para que las cigüeñas se queden por allí.

Los humedales, praderas y sotos (arboledas en las riberas de los ríos) tienen todos los alimentos que ellas necesitan. A solo dos kilómetros y medio de su casa tienen la reserva natural de los sotos del río Ebro, con suficiente comida: peces, ranas, reptiles, roedores e insectos.