Elegante, bella y constantemente encantadora, Venecia es también un ejemplo típico de lo trágico, que todo lo consume la lujuria por la riqueza, el poder, y ambiciones mundanas.
Que todas estas contradicciones coexistan en un entorno suntuoso hace de Venecia un destino sinónimo de la experiencia mundial.
«Ver Venecia y muere» pone a esta ciudad en cualquier lista final de deseos. Venecia supera todos los tópicos, nunca es una ciudad de mal gusto, y siempre es notable.
Hoy en día, esta ciudad de la isla de una hegemonía perdida es un museo en sí misma, una cápsula del tiempo a la cual no podemos renunciar. Es extremadamente encantadora.
