
Alonso Lujambio refuta las acusaciones en su contra vertidas por el arquitecto César Pérez Becerril, quien aseguró que el secretario de Educación lo ha “presionado para que no denuncie la corrupción existente” en el millonario proyecto de la Estela de Luz, que será el monumento símbolo del Bicentenario de la Independencia, aún inconcluso.
El funcionario federal, y aspirante a la candidatura panista por la Presidencia de la República, no descarta que detrás de las acusaciones haya intenciones de vulnerarlo políticamente. Dice que es “irresponsable” señalar que el dinero de obras como la Estela de Luz esté siendo desviado para financiar su campaña. Emplaza al arquitecto a presentar pruebas de la presunta corrupción.
“No pido que confíen en mí, los funcionarios públicos no estamos sujetos a esa regla. La estatura moral se prueba en los hechos y con la intervención de las autoridades fiscalizadoras, no porque yo lo diga, sino porque intervienen, revisan y concluyen”, dice.
En entrevista, Lujambio contraataca y dice que el arquitecto Pérez Becerril ha recibido un pago de 19 millones de pesos por sus servicios, pero que una deficiente planeación de la obra ha generado que su costo aumente de 400 millones de pesos a casi 900 millones y que su terminación sea más de un año después de lo que estaba planeado.
Lujambio asegura que Pérez Becerril enfrenta en los tribunales una acusación de otros arquitectos que afirman que él se apropió del proyecto de la Estela de Luz, pese a que en su elaboración trabajaron en equipo.
“Actualmente me encuentro bajo mucha presión por parte del secretario Alonso Lujambio, su personal y la empresa I.I.I. Servicios, quienes me han presionado de distintas formas para que no hable ante los medios de comunicación ni denuncie la corrupción existente. He bajado más de seis kilos de peso por el nerviosismo y la presión en la que me encuentro”, dijo el lunes Pérez Becerril, quien entregó una carta dirigida al legislador Pablo Escudero, presidente de la Comisión de Función Pública de la Cámara de Diputados, a quien ofreció un paquete de pruebas que, a decir suyo, demuestran actos de corrupción.
“Rechazo categóricamente la afirmación del arquitecto. Yo no lo he presionado para que no revele presuntos actos de corrupción en la construcción de la Estela de Luz. En las ocasiones que he hablado con él jamás me ha dicho, o siquiera sugerido, que percibe presuntos actos de corrupción en la construcción del monumento del Bicentenario”, responde Lujambio.
“Le hemos pagado 19 millones de pesos, y ahora nos está pidiendo otros 10 millones y él quiere ser, además, el director del proyecto. ¿A cuenta de qué?, si ni siquiera acabó el proyecto”, dice.
“Quiero que de inmediato presente la pruebas de corrupción para que las autoridades fiscalizadoras —la Auditoría Superior de la Federación y la Secretaría de la Función Pública— actúen de inmediato. No se puede quedar al garete una afirmación tan irresponsable como la que emitió
“Es de párvulos su acusación. La empresa I.I.I hizo una licitación y contrató a Gutsa, y esa empresa constructora, como cualquier otra en todos los procesos, decide a quién le compra el cemento, la iluminación y a quién le compra todo. Ellos no están sujetos a la ley de adquisiciones. Hay un contrato que dice que por un precio van a dar un servicio y ellos están obligados a darlo a partir de lo que consideren conveniente”.
—Aseguran que entregaron la obra a Gutsa y que esta constructora se encontraba inhabilitada por la Secretaría de la Función Pública. ¿Es cierto?
—Es falso. Es una tontería pensar que desde el gobierno federal se iba a contratar a una empresa inhabilitada. Gutsa tenía en ese momento (el de la licitación de la obra) una suspensión definitiva de un juez. Cuando hay una sanción definitiva de una sanción, ésta no está en vigor, y si yo hubiera eliminado a Gutsa del proceso estaría flagrantemente violando la ley.
—El costo subió de 400 millones a más 800 millones de pesos
—Una imprecisión técnica del proyecto original nos llevó, por ejemplo, a que la profundidad de la cimentación pasara de 35 metros a 50 metros, que es la profundidad de cimentación de la Torre Mayor. Después de los estudios complementarios que tuvimos que hacer, después de que el señor arquitecto nos presentó su proyecto, tuvimos que concluir que el pesos de la estructura no era de 800 toneladas, sino de mil 700 toneladas. Pues claro que se subió el precio, claro que él lo sabía.
—Aseguran que hay un paquete de pruebas que documentan actos de corrupción. ¿Encontrarán actos de corrupción?
—Que las presenten, que se analicen con todo cuidado, con profundidad y seriedad las presuntas pruebas. Lo quiero es que esto esté sometido al máximo escrutinio. Es un tema demasiado importante como para someterlo a simples dimes y diretes.
—Para nadie es un secreto que usted tiene aspiraciones de contender por la candidatura de su partido a la Presidencia de la República. ¿Considera que dado este escenario se esté dando un manejo político a este asunto?
—Quizá sí. Pero creo también que sería irresponsable de mi parte hacer un señalamiento en ese sentido. Yo lo que sí percibo con toda claridad, y con sorpresa, que nos hayan llamado recientemente a un juicio, en el Octavo Tribunal de Distrito en Materia Civil, en un conflicto entre arquitectos, pues otros arquitectos están señalando a este señor (César Pérez Becerril) como alguien que ha cometido un ilícito, pues están reclamando la autoría del proyecto. Nos han llamado a comparecer en este proceso, en el que los colegas de este señor dicen ser los coautores de la obra y que él se atribuyó personalísima y únicamente la autoría.
—Se dice que Lujambio está haciendo sus ahorros para la campaña y que el dinero de la Estela de la Luz y de los festejos del Bicentenario son parte de su “cochinito”. ¿Qué dice?
—Que en verdad es delirante. Es de una irresponsabilidad brutal.
—Y después de más de 800 millones, ¿cuándo habrá Estela de Luz?
—Yo anuncié desde agosto de 2010 que en los últimos tres meses de 2011 debe estar lista, y estamos en eso.
Agencia El Universal