Desde los 10 años, Mario Agustín Gaspar Rodríguez supo que su futuro estaba en el taller artesanal. Entre risas, el maestro recuerda sus primeros trabajos: un par de ollas que, aunque “salieron todas chuecas”, su abuela utilizaba para cocer los frijoles.
Artesano y promotor de técnicas tradicionales en Pátzcuaro, Michoacán, el maestro Mario Agustín ofreció la última de las charlas programadas en el marco de los festejos por el Día del Artesano y de la presentación de la tienda-museo que el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) organizó este 19 de marzo, en sus instalaciones de Av. Patriotismo.
Gaspar cuenta que su maestro de primaria era artesano y trabajaba el maque, técnica que se realiza en la región purépecha desde hace más de 2500 años. Mario Agustín, ya desde entonces, sintió fascinación por la “textura” al embarrar tierra y aceite sobre guajes o superficies de madera.
En la actualidad, es uno de los mejores exponentes de tres técnicas ancestrales: laca, maque y pasta de caña de maíz. Su taller en Pátzcuaro, Artesanía Fina Seshashi —expresión que significa “está bonito” en purépecha— ha realizado importantes encargos para iglesias y museos de artes decorativas en México y el extranjero.
De trato sencillo y amable, el maestro demuestra ser un apasionado por su oficio. Conoce a profundidad la historia milenaria de las técnicas y, por tanto, está seguro de que su labor supera a la del mero cumplimiento de un oficio.
“Nosotros hemos querido mantener esa herencia totalmente viva. Que no se pierda ni se deforme, porque sería un crimen deformarla. Y sería peor dejarla perder”, declara Mario Agustín. Habla acerca de la responsabilidad social, detalla cada uno de los pigmentos naturales que utiliza y cuenta, contento, algunas de sus mayores satisfacciones.
Cuenta la historia de cómo un grupo de artesanos de Pátzcuaro decidió recuperar la técnica de la pasta de caña de maíz, que se había perdido debido al conflicto Cristero y la prohibición de realizar figuras religiosas.
Para ello, leyeron crónicas del siglo XVI, visitaron numerosas iglesias de la región, se asesoraron con universidades y restauraron muchas piezas. Al final, les tomó 15 años llegar a un resultado satisfactorio.
Esta técnica ha traído al maestro enormes satisfacciones. En 2012, un nacimiento de su autoría, elaborado en esta técnica, fue expuesto en la Ciudad del Vaticano y, cinco años más tarde, volvió a Roma para entregar un Cristo de 1.90 metros al Colegio Pontificio Mexicano de esta ciudad.
Actualmente desarrolla un proyecto para establecer un centro de acopio de materias primas en Pátzcuaro. El propósito es brindar los materiales a precios más accesibles y garantizar que sean de la mejor calidad.
Dice que lo más difícil es trabajar consiguiendo las materias primas; habla sobre las extenuantes jornadas recolectando maíz o los largos procesos para obtener pigmentos vegetales. Por el contrario, cuenta que descansa cuando pinta las piezas de pasta de caña de maíz, que “es como ponerle la piel a un cuerpo”.
Con la charla del maestro Mario Agustín Gaspar, Fonart clausuró las celebraciones por el Día del Artesano en su sede de Patriotismo. La tienda-museo, que ofrece una venta y exhibición permanente de las mejores artesanías de la República, se encuentra en Av. Patriotismo No. 691, Col. Mixcoac.
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