México.- Análisis realizado a 406 piezas prehispánicas de piedra verde, descubiertas en la Zona Arqueológica de Templo Mayor, en la Ciudad de México, reveló que la mayoría fueron creadas en Tenochtitlan, lo que establece que los artesanos mexicas reproducían los estilos de otros pueblos.
En un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se señala que por la influencia olmeca, mezcala, teotihuacana, mixteca y maya, durante años se pensó que los objetos descubiertos provenían de regiones lejanas a la Cuenca de México, pero, los estudios hechos por investigadores del INAH determina que la tecnología usada por los mexicas es la que prevalece en esas piezas.
Emiliano Melgar Tísoc, arqueólogo adscrito al Museo del Templo Mayor, señala que a esa conclusión se llegó tras una serie estudios de arqueología experimental en lapidaria, la obtención de réplicas de huellas de manufactura de esta colección arqueológica en polímeros, y su análisis a través de microscopía óptica y con microscopio electrónico de barrido.
Abundó que las más de 400 piezas analizadas, guardan rasgos característicos de otras culturas porque fueron hechas en distintas piedras verdes: serpentina esquistosa, serpentinita, filita y esquisto, así como en jadeíta, que sí es un mineral distintivo del jade.
Explicó que desde 1978, cuando dieron inicio los trabajos arqueológicos en el Templo Mayor, del centro del Distrito Federal, fueron encontrándose este tipo de obras en el que es considerado el principal edificio de esa civilización. El hecho de que la gran mayoría estuvieran realizadas en materias primas foráneas a la Cuenca de México, ocasionó que se asumieran como manufacturas venidas de fuera.
Sin embargó, precisó que «estudios arqueométricos, realizados en colaboración con el Instituto de Física de la UNAM, arrojaron que contrario a lo que suponíamos, son escasos los objetos de jadeíta, sobre todo para la época de Ahuízotl, cuando se conquistó el Soconusco. Se pensaba que para este periodo, alrededor de 1486 d.C., llegaron grandes cantidades de este mineral procedente del Valle de Motagua, en Guatemala, por vía del tributo; pues resulta que en la ofrendas del Templo Mayor, es la época en que menos encontramos este material».
Melgar Tísoc, maestro en Antropología y director del proyecto «Estilo y Tecnología de los Objetos Lapidarios en el México Antiguo», reiteró que los análisis científicos permitieron concluir que son pocas las «reliquias» de estilo olmeca, mezcala, teotihuacana y maya; en el caso de la primera se reduce a una máscara, y de la última, a dos placas con representaciones antropomorfas. Todas estas «antigüedades» fueron ubicadas en las etapas constructivas II y IVa del Templo Mayor, las cuales se ubican temporalmente hacia 1390 y 1454.
En las piezas de estilo «mezcala», «teotihuacano» y «mixteco», localizadas en la etapa constructiva IVb de Templo Mayor, alrededor de 1469 d.C. y que corresponde al gobierno de Axayácatl, en plena consolidación del imperio azteca, «observamos que alteraban las dimensiones (por ejemplo, los ‘penates mixtecos’ o figurillas) , las representaciones, e incluso, modificaban la tecnología con que fueron manufacturadas. Esto se extendería hasta la Etapa VII, hacia 1502».
Al hacer un contraste con los objetos mexicas elaborados en piedra verde «a partir del análisis de las huellas de manufactura», «creemos que los tlatecque, que eran los artesanos lapidarios de palacio, estaban recreando los estilos venidos de fuera del imperio. Es decir, estos objetos ‘foráneos’ se realizaron dentro de Tenochtitlan».
Fue posible determinar que las piezas «‘foráneas» de la etapa IVb se elaboraron siguiendo la misma tecnología con que se creaban las obras mexicas de piedra verde: desgastes con basalto, cortes con obsidiana, perforaciones con pedernal y el pulido con un mineral sólido, tal vez calcedonio. Se trata de una técnica única comparada con la usada en otros sitios de la Cuenca de México.
Agencia El Universal