(A mi maestro y amigo, doctor Luis Mendoza Canseco, profesor emérito de Medicina Legal Forense en la UABJO -a pesar de cuya genialidad fue víctima de la mezquindad-. Amigo-hermano de la muerte. Sus enseñanzas sobre los problemas médico-quirúrgicos y las ciencias jurídicas y sociales, y la información sobre diversos crímenes, fueron determinante para fortalecer la denuncia periodística y evitar que estos casos paradigmáticos permanecieran impunes, como el asesinato de Jesús Arrubarrena. Un abrazo fraterno y solidario a su hijo, familiares, amigos y mujeres que le amaron, por su sensible fallecimiento, y la demanda permanente a sus alumnos, a seguir poniendo en alto su nombre.)
Aludiendo a la primera de las siete palabras de Jesús agonizando en la Cruz, conmemoradas recientemente, podemos decir, Padre Dios, y Padre México, ¡perdónennos porque sabemos lo que hacemos y somos mayoritariamente, indignos y desgüevados!
¡Perdónennos por permitir que los mercaderes y especuladores financieros continúen posesionados e invadiendo el templo de la Patria grande y chica, y por no tener ni la dignidad ni el valor para sacarlos a cintarazos como lo hizo Jesús, cuando invadieron tu templo!
No permitan que sigamos justificando nuestra apatía, cobardía y complicidad, con el mal entendido respeto a leyes nefastas o en la sola defensa de los derechos humanos de los delincuentes comunes, organizados y de cuello blanco, todos enemigos de la Patria.
¡Ayúdennos a jamás olvidar que más tarde o más temprano nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, nos echarán en cara nuestra indiferencia y cobardía para no comprometernos, con el pretexto de no meternos en problemas, o por nuestra abierta complicidad!
Vago profesional, responsable, con más de seis décadas de intensa y apasionada vida, nada de lo humano nos es ajeno. No nos escandaliza la corrupción porque al igual que el egoísmo forma parte consubstancial de la naturaleza humana, pero por supervivencia es vital combatirla.
Sin maniqueísmo, sé que en mayor o menor medida, todos tenemos un precio, algunas veces no necesariamente en dinero. Nos indigna sí, la creciente impunidad y el escándalo del cinismo mayúsculo convertidos en avalancha que todo lo arrasa a su paso.
El peor saqueo de Oaxaca, de ninguna manera, se agota en la detención y sujeción a proceso de Germán de Jesús Tenorio Vasconcelos, Celso Enrique Arnaud Viñas, Gerardo Cajiga Estrada, y Carlos Alberto Moreno Alcántara, ya que alcanza a Gabino Cué Monteagudo.
Esta escandalosa corrupción, también pasa por los amigos de infancia, ex compañeros de banca, compadres, socios y cómplices, Jorge Enrique Castillo Díaz, José Zorrilla de San Martín Diego, Netzahualcóyotl Salvatierra López, Alberto Vargas Varela.
El excremento de la corrupción baña de cuerpo entero, asimismo, a la mafia familiar de los Candiani, Juan José Álvarez Candiani, Salvador Rodríguez Monroy y Rogelio Hernández Cázares, y la cloaca se hace extensiva al ex cuñado Manuel y a su hermano Enrique Ramírez Tenorio.
Y a conocidos empresarios paisanos, amigos y quizás socios del ex gobernador Diódoro Carrasco Altamirano, quienes armaron empresas “fantasmas”, mediante el robo de identidad de sus empleados, para saquear la Secretaría de Salud y los Servicios de Salud de Oaxaca.
Pero en Oaxaca pasa todo y no pasa nada. Hasta ahora los socios y cómplices de los ex gobernadores del PRI, PAN, PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Movimiento de Regeneración Nacional, no han sido molestados ni siquiera con el roce de una foja en una Carpeta de Investigación.
¡Padres nuestros, no permitan que perdamos la esperanza, el optimismo ni el sentido del humor, para seguir luchando por un mundo mejor. En el sincretismo mexicano la resurrección de Jesús, no es otra cosa que la ceremonia del Fuego Nuevo con su trascendental significado de renacimiento!
En noventa días más, México y los mexicanos tendremos oportunidad de renacer o empezar a morir en vida, sin mayores libertades poco a poco, al definir para bien o para mal un proyecto de nación. ¡Padres nuestros, no permitan que nos equivoquemos como pueblo!
Ustedes mejor que nadie conocen el hartazgo de la inmensa mayoría de los mexicanos. Estamos hasta la madre, sí, pero no solo del PRI-gobierno, sino sobre todo de los hipócritas, farsantes, incongruentes, izquierdistas, que engañan a los pobres con las mentiras del socialismo.
Son modernos fariseos, verdaderos sepulcros blanqueados, supuestamente purificados por Manuel Andrés López Obrador (MALO), arrepentidos de dientes para afuera de sus raterías en el PAN, PRD, PT y el propio Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
En el fondo, son cómplices del imperialismo yanqui y del PRI-gobierno al hundir en la miseria e ignorancia a la mayoría del pueblo al atentar contra la educación y producción, a través de las invasiones de tierras, movilizaciones, marchas, bloqueos de calles y carreteras, toma de casetas y oficinas, y retención de funcionarios.
Instrumentos de la agitación-subversión, son por igual la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que los grupos de choque de los cegeacheros, macheteros de Atenco, Panchos Villa, taxistas piratas Pantera o bien, las 685 organizaciones sociales, la mayoría radicales vinculadas a grupos armados.
En nombre de la búsqueda de la justicia social por el socialismo-comunismo marxista-leninista, se han cometido históricamente genocidios más atroces que los atribuidos al nazismo de Adolfo Hitler, por José Stalin y Vladimir Putin en Rusia, Mao Tse-Tung y Xi Jinping en China, Kim Il-sung y Kim Jong-un en Corea del Norte.
Pero los mártires países de América Latina no son ajenos a los baños de sangre de las “purgas” comunistas, como ocurre en Cuba con la dictadura castrista, Venezuela con el golpista Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Brasil con Lula y Luiz Inácio y Dilma Rousseff, Bolivia con Evo Morales, Ecuador con Rafael Correa y Nicaragua con Daniel Ortega.
Padres nuestros, tampoco permitan que sigamos vendiendo nuestro voto por hambre y sed, por ignorancia y miseria, porque terminaremos vendiendo nuestro cuerpo y nuestra conciencia. Ya lo hacen, mayoritariamente, no solo los pobres, sino sobre todo los empresarios.
¡Cómo olvidar que en un condenable proceso de creciente descomposición político-social muchos empresarios, sobre todo los dirigentes, pasaron del compañerismo de banca, al amiguismo, compadrazgo, sociedad y complicidad extrema al grado de la abyección!
La degradación, ciertamente, no es nada nueva, tiene vieja data, al permitir muchos empresarios y proveedores de servicios que los gobernantes, hicieran amantes a sus esposas, hijas y… lo peor, a sus hijos, a cambio de millonarios contratos, particularmente, de obras.
¡Padre Dios, perdónanos, porque desde la imposición del imperio de los tecnócratas y “Chicago boys” permitimos que la partidocracia, los gobiernos y las iglesias, convirtieran a México en la moderna versión bíblica político-económica de Sodoma y Gomorra!
Hoy las iglesias ya no solo buscan el reino de los cielos, sino el poder abiertamente político-económico en la Tierra al contar en el Estado mexicano igual que el crimen organizado con sus propios partidos, como el Partido Encuentro Social (PES), cuya laicidad irónicamente jura y perjura defender Andrés Manuel López Obrador.
¡Padres nuestros, por favor les pedimos con humildad, no permitan que perdamos el espíritu del alma nacional, digna y valiente, dispuesta a matar y morir por defender nuestra santa libertad y dignidad, que nos heredaron nuestros viejos abuelos indígenas, españoles y mestizos!
«¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué pareciera que nos has abandonado?». Afortunadamente, no todo está perdido en México y Oaxaca. El México y Oaxaca bronco comprende a millones de nacionalistas, constitucionalistas, patriotas, dispuestos a defender su vida, libertad y dignidad. «Padre Dios y Padre México, en tus manos encomendamos nuestro espíritu para que le salves».
«Tu pueblo tiene hambre y sed físicas y de justicia social». «Cuando todo esté cumplido en la misión que me fue encomendada en el mundo, confío en su infinito amor para que digan a mis viejas abuelas indígenas, a mi madre, a mis hermanas, a mi esposa y a mis hijas: Mujeres, ahí tienen a su hijo, a su hermano, a su esposo y a su padre». Amén.
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