Ministros y representantes de 22 países, el Programa de Naciones Unidas para Medio Ambiente (PNUMA) y organizaciones no gubernamentales se reunieron en la Ciudad de México, a fin de participar en la reunión ministerial sobre agentes forzantes climáticos de vida corta (SLCF por sus siglas en inglés).
Los países participantes sostuvieron un productivo intercambio de enfoques y experiencias, concentrados principalmente en promover la voluntad política que permita mejorar la calidad del aire, salud humana, cambio climático, protección de ecosistemas y agricultura, a través de la ejecución de acciones de reducción de estas sustancias.
Los ministros destacaron la importancia de atender esta problemática desde tres enfoques simultáneos: a nivel nacional, regional e internacional, con el propósito de mejorar y compartir la información disponible, incrementar la comprensión del tema y explorar la posibilidad de aprovechar los marcos de cooperación internacional ya existentes tomando ventaja de experiencias adquiridas en los mismos.
Los participantes coincidieron que cualquier iniciativa sobre SLCF debe ser complementaria al proceso de reducción de CO2 a largo plazo y ambas deberán ser consideradas y reforzadas de manera simultánea en la implementación de las estrategias de desarrollo bajas en emisiones.
En el marco de esta reunión el Gobierno de México y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) firmaron un Acuerdo de Cooperación para impulsar el desarrollo de una economía verde cuyo objetivo es brindar un marco de cooperación para facilitar la transición del país hacia un desarrollo sostenible bajo en carbono, en el que se incluye la creación y operación del Centro Mexicano de Economía Sustentable.
El titular de la Semarnat y su homólogo canadiense, Peter Kent, concretaron un Memorándum de Entendimiento para ayudar a México a reducir las emisiones de metano generadas en rellenos sanitarios, mediante el uso de desechos orgánicos como materia prima. Esto fortalece el impulso el trabajo que la Semarnat desarrolla desde 2009 para instalar varios biodigestores que reduzcan este gas, con el fin de contribuir tanto a su mitigación como a su aprovechamiento energético.