Milpa pueblos de maíz se exhibe en el Museo de Culturas Populares.

Destacar la importancia que remite al gran portento agrícola-cultural que es la milpa, así como el valor que tiene en la historia de los mexicanos y del mundo, es el objetivo de la exposición Milpa, pueblos de maíz, que se exhibe en el Museo Nacional de Culturas Populares.

La milpa, considerada como un policultivo de origen prehispánico, es el núcleo de un sistema de conocimientos y saberes que la diversidad de pueblos de nuestro país han hecho para el manejo de la naturaleza, su transformación y toda la serie de rituales que hay en torno a ella.

Las evidencias arqueobotánicas indican que la domesticación de plantas se dio en México hace aproximadamente nueve mil años, en las cuevas de Tehuacán, Puebla, mientras que la agricultura inicial debió suceder en la cuenca del Río Balsas, espacio donde el maíz se empezó a diversificar por todo el territorio mesoamericano; incluso, llegó a Norteamérica con los iroqueses de Canadá, así como a Centroamérica y Sudamérica, mucho antes del arribo de los españoles.

Una de las características de la milpa como un agrosistema tradicional, es la presencia de la triada primigenia: maíz, frijol y calabaza, acompañada de una serie de cultivos que dependen de las condiciones ambientales en cada contexto agrícola, entre ellas mezquite, chupandilla, nopal, agave, aguacate, entre otros.

Nuestro país contribuye al menos con 15 por ciento de los productos (vegetales y semillas) que alimentan al planeta, especies como el jitomate, frecuentemente utilizado en la cocina italiana, o el cacao, materia prima de la chocolatería belga o francesa, surgieron de la milpa mexicana.

Luego de su exhibición el año pasado en Museo Regional de Querétaro, Milpa, pueblos de maíz se presenta como parte de las jornadas sobre las culturas milperas, que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realiza junto con la Dirección General de Culturas Populares, ambas pertenecientes a la Secretaría de Cultura.

La muestra está integrada por una selección de piezas arqueológicas, contemporáneas, de arte popular, fotografías y maquetas procedentes de diversos recintos museísticos del INAH (museos Nacional de Antropología y regionales de Querétaro y Tlaxcala), así como por colecciones del Museo Nacional de Culturas Populares y de la Fundación Semillas de Vida, las cuales muestran la continuidad histórica que ha tenido este sistema de cultivo, pero también buscan advertir de la existencia de diversas amenazas que atentan contra esa biodiversidad.

La exposición se divide en tres módulos: “La milpa, un bastión biocultural”, que la sitúa como el núcleo en el sistema de saberes y creencias de los pueblos indígenas y campesinos de México; “Milpa, cuerpo y cosmos entre los ñäñhö de Querétaro”, que ahonda en la tríada cruces-agua-cerro como el eje primordial para hacer milpas; y “Amenazas a la diversidad biocultural”, que aborda los peligros que corre por fenómenos como la siembra de maíz transgénico, entre otros factores.

En el montaje se pueden ver 29 mazorcas de diferentes razas y tres representaciones de deidades prehispánicas relacionadas con el maíz: el señor del maíz de Cacaxtla, con el que abre la muestra (forma parte de los 11 señores de Cacaxtla), una urna del dios Pitao Cozobi, señor de las cosechas y el maíz, y Xilonen, divinidad joven.

De la colección del Museo Nacional de Culturas Populares se exhibe una olla con la forma de un tlacuache, hecha de barro torneado, modelado y decorado al pincel, proveniente del estado de Chihuahua; asimismo, a través de un video se da a conocer la importancia que tiene la milpa ante la ausencia de una soberanía alimentaria de nuestro país.

La muestra incluye siete elotes elaborados en mármol, jadeíta y jaspe tallado, esgrafiado y pulido, elaborados por el escultor Filipino Eduardo Olbes, y cinco maquetas que muestran los diferentes nichos ecológicos donde es posible practicar la agricultura.

En el último módulo se aprecia un fotomural compuesto por 48 imágenes del acervo de la Fototeca Nacional del INAH, así como dos carteles y un textil denominado Quipu, autoría del pintor y artista plástico oaxaqueño Francisco Toledo, pertenecientes al acervo que creó en su campaña contra la siembra del maíz transgénico en México.

La exposición finaliza con una instalación denominada Mazorcas. Más de cien mil granos de maíz contra los transgénicos, del ceramista y escultor mexicano Javier del Cueto, en la que se observa una centena de razas de maíz torneados manualmente, la cual representan un homenaje a la agricultura.

Milpa, pueblos de maíz permanecerá hasta el 18 de junio en el Museo Nacional de Culturas Populares, ubicado en Avenida Miguel Hidalgo No.289, colonia del Carmen, delegación Coyoacán, Ciudad de México. Horarios: martes a jueves de 10:00 a 18:00 horas, y viernes a domingo de 10:00 a 20:00 horas. Los domingos la entrada es libre.