Nueva York.— Las autoridades parisinas no prestaron especial atención al caso cuando ordenaron su autopsia. Al parecer se trataba de una muerte más relacionada con las drogas, algo frecuente en el París de los años 70.
Pero aquel estadounidense no era un desconocido sino la persona que toda una generación aspiraba a ser: Jim Morrison, poeta, cantante, provocador e icono murió hace 40 años, un 3 de julio, en París.
Y las circunstancias exactas de su muerte han dado desde entonces origen a leyendas, rumores y teorías conspirativas. El pequeño James Douglas Morrison era un niño bien educado y un buen alumno.
Pero cuando era adolescente, este hijo de militar se convirtió en un rebelde al que le encantaba provocar.
Sus padres le enviaron entonces con los abuelos, unos presbiterianos severos, que militaban en la abstinencia. Padre e hijo dejaron impronta en su época, cada uno a su manera.
George Morrison era miembro de la Marina y valoraba especialmente la educación. Subió en el escalafón militar hasta ser capitán y comandó un grupo de portaviones en Vietnam.
A su vez, su hijo lucía el pelo largo y llevaba ajustados pantalones de piel, no evitaba ninguna tendencia sexual y cuestionaba todo lo que tuviese que ver con el “stablishment”. La ruptura era previsible.
Músico, poeta y…
Desde bien pronto Jim Morrison comenzó a escribir poemas. Estudió cine y fue alumno Josef von Sternberg, que había convertido en estrella a una tal Marie Dietrich, conocida como Marlene. Sin embargo los poemas siguieron siendo algo fundamental en su vida y en algún momento comenzó a ponerles música.
Cuando tenía 21 años, su compañero Ray Manzarek formó un grupo de música al que se le ocurrió poner el nombre de The Doors, inspirado en el ensayo de Aldous Huxley “Las puertas de la percepción”.
En sus inicios tocaron en el legendario club nocturo de Hollywood Whisky a Go Go. A fines de los 70 tocaron allí por un par de cientos de dólares Van Morrison, The Byrds, Frank Zappa y también los Doors .
Muchos de los grandes éxitos de The Doors, sobre todo “Light My Fire”, fueron compuesto por el guitarrista Robby Krieger, pero Morrison era el rostro del grupo. Se convirtió en un personaje amado y odiado.
Si en la actualidad cualquier músico de provincia puede hablar de la revolución, en la época de la guerra de Vietnam algunas frases suscitaban sospecha: “Me interesa todo lo que tenga que ver con revolución, acciones que aparentemente no tienen ningún fin”.
Su muerte, un misterio
Cuando su fama se fue apagando, los problemas de salud aumentaron. El alcohol y las drogas hicieron del que había sido un sexsymbol un tipo gordo, con barba que tenía continuos problemas de respiración. La que fue una melena salvaje pasó a ser una cabellera peinada.
Hasta la fecha no está del todo claro lo que ocurrió en su vivienda el 3 de julio de 1971. Courson dijo que despertó a Morrison y le dio una ducha fría. Él comenzó a vomitar y a sangrar por la nariz. Cuando llegaron los médicos estaba muerto. Al parecer, Courson había llamado a un par de amigos y al camello que le proporcionaba la droga antes que a la policía y al médico de emergencia.
Sus biógrafos consideran que Morrison fue víctima de un asesinato, de un complot político. “El tiempo es escaso así que aprovéchenlo”, dijo en cierta ocasión Morrison.
Agencia El Universal