De acuerdo con el más reciente corte del censo del daño en escuelas de seis estados afectados por los sismos de los días 7 y 19 de septiembre, estiman más de 12 mil planteles con algún tipo de deterioro y 577 deberán reconstruirse; además mil 800 que requieren intervención parcial.
Así lo expresó el secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, quien confirmó que en el caso específico de la Ciudad de México 20 escuelas tendrán que reconstruirse.
«Donde más escuelas dañadas tenemos es, en primer lugar, Oaxaca seguido de Chiapas, Morelos y puebla. En estas entidades el número de escuelas con daño, también el Estado de México, es muy superior a la Ciudad de México», expresó Nuño Mayer.
Entrevistado en el noticiero de Joaquín López Dóriga, el titular de la SEP indicó que en Chiapas hay muchas escuelas afectadas «pero de las que tienen daños graves, son relativamente pocas», sin embargo «el gran reto que vamos a tener en la reconstrucción de escuelas, y en general en toda la reconstrucción, va a ser el despliegue territorial que se va a tener que hacer.»
El secretario afirmó que durante esta etapa, en las distintas etapas, «hemos desplegado a más de 20 mil compañeros de trabajo de la SEP para ayudar en los censos de las escuelas, pero también ayudamos en los censos de vivienda.»
Aurelio Nuño fue cuestionado sobre la participación de las constructoras en esta etapa y su oportunidad de negocio que podrían aprovechar, «tendremos que ser muy claros. Este es un momento que, por obvias razones, que eso no debe de suceder.»
Por lo anterior sentenció que los abusos «no se pueden permitir, se tienen que hacer las cosas bien, por supuesto con transparencia, pero no se vale que se quiera inflar precios, que se quiera cobrar más. Eso no lo vamos a permitir.»
Sobre «el fin de la paciencia» de la gente afectada, el secretario señaló que se debe actuar con eficacia y rapidez «pero tenemos que ser en todo momento muy responsables, tener serenidad, informar con absoluta veracidad de algo que, si bien va a ser complicado y todos comprendemos la tristeza, la desesperación, el enojo, también creo que todo mundo podemos comprender que una reconstrucción de esta magnitud lleva tiempo.»
Reconoció que este proceso «es muy complejo, muy difícil. El tema es no dejar de trabajar, ser, estar informando de manera permanente sobre todo en un ambiente donde hay mucha confusión y hay muchas versiones de todo tipo…».
