Oaxaca la ciudad donde se mezcla el arte prehispánico con el colonial, «la verde Antequera», la de los cañaverales plasmados en notas musicales alberga en sus iglesias y en su cocina testimonios de riqueza invaluable y sabor incomparable.
Recorrer sus templos y probar la exquisitez culinaria que los rodea es un gusto que todo visitante debe regalarse; situada frente al Zócalo la Majestuosa Catedral con su imponente coro, alberga las criptas de Obispos, Arzobispos y Clérigos, al concluir podrás trascender el misticismo de la visita, brindando con un buen mezcal «auxiliar digestivo» de la prueba de los Siete Moles en la «Casa de la Abuela» situada en la contra esquina frente a la Alameda de León.
Si deseas comida Istmeña en una fusión modernista, tendrás que salir-de la Catedral- por la calle de Independencia caminar cincuenta pasos sobre el Andador Turístico y ahí esta…ahí esta la «Catrina de Alcalá», si acudes a cenar mejor, la tenue luz azul iluminando los muros de cantera y la voz de un trovador serán un marco esplendido mientras degustas desde un «pollo garnachero» hasta terminar en los postres con «la tumba siete».
Ahora, si prefieres algo mas popular, los anafres con tazajo y cecina con chiles de agua asados en el mercado veinte de Noviembre-a tres cuadras de Catedral rumbo al norte-son tu destino…y si «la calor» -en lenguaje popular- te agobia ahí también encontraras las «aguas de Casilda» hechas con frutas naturales, exquisitas y refrescantes.
Otro lugar de primera es el restaurante «Catedral», situado en la esquina de las calles de García Vigil y Morelos a unos pasos del templo del «Carmen Bajo»- de los mas antiguos de Oaxaca- encontraras ahí en sintonía total platillos de la región del Istmo y de los Valles Centrales y disfrutaras la gentileza de la anfitriona doña Martina Escobar, mujer Oaxaqueña que honra su estirpe y sus orígenes.
Ya entrados en «gastos» continuando por la Av. Morelos -hacia el poniente-llegaras al templo de San José -en cuyo convento se encuentra la Escuela de Bellas Artes de la U.A.B.J.O. -y la Basílica de la Virgen de la Soledad, patrona de los Oaxaqueños, querida y venerada por el pueblo que tradicionalmente acude los domingos a misa de doce, para después saborear en el jardín las inigualables Nieves Oaxaqueñas-de sorbete, tuna, limón, leche quemada, ciruela zapote hasta las de nopal, mezcal y pétalos de rosas -y los tradicionales dulces- menguanitos, regañadas, empanadas de lechecilla, casquitos, mamones-, ya por la noche a dos cuadras de la iglesia de la Merced habrá que hacerle los «honores» a las «Talludas de Libres».
Como no tenemos duda que quedaras extasiado con Santo Domingo-el mas hermoso de America-en cuyo convento hoy museo se encuentran las joyas de las tumbas de Monte Alban, te recomendamos solo cruzar la calle de constitución hacia «Casa Oaxaca», si tienes suerte es probable que te encuentres a Francisco Toledo asiduo comensal, si andas de antojo una «Cazuela de Quesillo y Chapulines en salsa de jitomate verde» es la respuesta y si estas mas internacional opta por un «Filete de pescado en salsa de flor de calabaza tomate y alcaparras» no te arrepentirás.
A los Guadalupanos les sugerimos después de visitar a la Virgen del Tepeyac en su templo de Oaxaca unas «tostadas de Cheo» -de queso, salchicha, quesillo, queso de puerco- personaje que en su modesta caseta ubicada junto al atrio, las prepara desde hace mas de cincuenta años…
Así, podríamos seguir citando Iglesias, Conventos, Capillas, San Felipe Neri, la Defensa, San Francisco, la Noria, la Iglesia de los Pobres-donde se «hospedo» el sub – comandante Marcos y su comitiva- la Compañía, el Carmen Alto-origen de los Lunes del Cerro- Jalatlaco, San Agustín, Las Nieves, el Patrocinio, Xochimilco, el Calvario, Los Siete Príncipes, la Sangre de Cristo y por supuesto lugares en los que -cuando vayas a esa tierra de cielo de Zafir- podrás saborear la inmensa variedad de su cocina, -La Palapa de Raúl, los Pacos, los Almendros, La Teca, Clemente, El Biche Pobre, La Flor de Oaxaca, La Hostería de Alcalá-.
Y ya, sin» Limite ni medida» podrás entrarle con pasión y entusiasmo al Mole Negro, al Coloradito, el Verde de espinazo con su hoja santa y su frijol blanco, al Chichilo, al Amarillo, al Estofado, al Manchamanteles, a los chiles Pasilla o de Agua rellenos de queso o picadillo, a las Memelitas, a la Sopa de Guías con sus Chochoyotes, el Arroz con Chepiles, al tazajo, la cecina y el chorizo….siempre acompañado de la bebida que sirve-dicen las consejas populares -«para todo mal..y para todo bien también»…que cura desde un dolor de articulaciones añejado con marihuana-hasta un «mal de amores»…..
Y ahí si, si sufres de «mal de amores»….esa…esa es otra historia…