El Secretario General de la ONU manifestó hoy en Toronto (Canadá) que la salud debe ser un asunto central del desarrollo sostenible y pidió un compromiso para que ninguna mujer, niño o niña, muera por causas que pueden evitarse.
“Vamos a comprometernos hoy a ofrecer un mundo de salud, seguridad y posibilidades para todas las mujeres y todos los niños y niñas. Que ningún menor crezca sin madre. Que ninguna madre tenga que afligirse por la pérdida de un hijo. Que todos ellos tengan la oportunidad de conocer y disfrutar de sus hermanos y hermanas”, manifestó Ban Ki-moon y recalcó que ese mundo “es posible, ya”.
Ban participó este viernes en la inauguración de una cumbre sobre salud materna e infantil, auspiciada por el gobierno canadiense y a la que asisten las principales autoridades de ese país y responsables de numerosas agencias de la ONU, incluida la OMS y el Banco Mundial.
Ban explicó durante su intervención que mejorar la salud de madres e hijos es un asunto de particular importancia para él y “muy personal”, pues no llegó a conocer a un hermano y una hermana que le precedieron en su familia, un asunto privado del que no había hablado en público hasta ahora.
“Cuando era un niño, recuerdo que se consideraba “normal” que mujeres y niños murieran en mi pueblo. La gente aceptaba esto como cosas de la vida”, explicó Ban Ki-moon y agregó que, en estos momentos, demasiadas personas siguen viviendo esa realidad.
Manifestó que mujeres y niños saludables son los pilares que permiten a las sociedades crecer y prosperar y es la mejor inversión que se puede realizar, algo que ha tratado de impulsar con la iniciativa que lanzó en 2010 denominada Every women, every child (Todas las mujeres, todos los niños).
El Titular de la ONU resaltó que, con más inversión, igualdad y respeto de los derechos humanos, reducir a cero las muertes maternas e infantiles que se pueden evitar puede lograrse en una generación.
Durante su discurso recordó que se han logrado progresos en esta cuestión y se está reduciendo la mortalidad de menores de cinco años a un ritmo más rápido que en las últimas dos décadas. Eso significa, recalcó, que 14.000 menores ahora logran sobrevivir cada día y la mortalidad materna se ha reducido a la mitad comparado con las cifras de 1990.
A pesar de esos y otros avances, 289.000 mujeres mueren por complicaciones en el parto y unos 18.000 niños mueren a diario por enfermedades que pueden evitarse.
“Tenemos que redoblar esfuerzos para acelerar el progreso y garantizar que ningún país retrocede respecto de los avances conseguidos”, afirmó.