El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH-SIDA (ONUSIDA) indicó hoy que muchos países han fracasado en la adopción de enfoques basados en la salud y los derechos de las personas para disminuir la propagación del VIH entre los colectivos que consumen drogas intravenosas.
ONUSIDA publicó un nuevo estudio en vísperas de la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Problema Mundial de las Drogas (UNGASS), a celebrarse del 19 al 21 de abril en Nueva York.
El informe señala que las estrategias basadas en la penalización y el cumplimiento estricto de la ley han sido contraproducentes y han tenido escaso o nulo impacto entre las personas que consumen drogas.
Además, afirma que el encarcelamiento por consumo y posesión de drogas para uso personal incrementa la vulnerabilidad ante el VIH y otras enfermedades infecciosas, como la hepatitis B, la hepatitis C y la tuberculosis.
El estudio incluye diversas recomendaciones a los países, entre las que destacan la implementación de programas menos coercitivos y la despenalización del consumo y la posesión de drogas para uso personal.
Entre los países con políticas satisfactorias en esta materia, ONUSIDA menciona a China, que tiene un programa de acceso voluntario a la metadona.
ONUSIDA ha pedido a las autoridades sanitarias nacionales que garanticen el acceso del 90% de los más de 12 millones de adictos a drogas intravenosas a servicios de prevención del VIH.