El Pont du Gard es uno de los acueductos antiguos más altos (49 m) y mejor preservados del mundo. Destaca, además, por la maestría de su ingeniería (3 pisos con 52 arcos superpuestos) y la naturaleza que lo envuelve.
Situado junto al pueblo de Remoulins, fue construido bajo los imperios de Claudio y de Nerón (siglo I) para permitir el tránsito de personas, tropas y carruajes, y canalizar el agua hasta Nemausus, la actual Nîmes (a 24 km); ello propició que se crearan termas, fuentes y baños, cuya huella aún puede contemplarse.
Una senda lleva hasta la base del puente y un museo narra su historia, mientras en verano se realizan paseos en kayak y espectáculos nocturnos de luz y sonido. Es Patrimonio de la Humanidad y Grand Site National de France.