Convencidos de que los tiempos en que el teatro infantil aburrido han quedado atrás, los montajes Cuentos revueltos para niños perversos y En duende está el misterio se proponen como una alternativa contemporánea de calidad, que acerca de manera lúdica a los niños al fenómeno escénico; ambos espectáculos se presentarán por primera ocasión en El Lunario, del Auditorio Nacional.
Así lo dieron a conocer, Miriam Martínez, coordinadora nacional del programa Alas y Raíces del Conaculta; Fernando Serrano, director de El Lunario, los actores y directores Andrés Carreño (Compañía Cabaret Misterio y Fabián Garza de la Compañía Improtop).
Martínez detalló que se trata de dos trabajos escénicos de probada aceptación en el público, pues el programa bajo su cargo los presenta continuamente en diversos foros del país, por lo que la temporada que realizarán ahora en el Lunario –que comenzará el 22 de enero-, tiene el propósito de abrir nuevos espacios para el público infantil.
Consideró que en la actualidad, los espectáculos de calidad están marcados por tendencias innovadoras como la improvisación el uso de géneros que tradicionalmente no se han enfocado a los niños, en este caso con dos trabajos que recurren echan mano de enfoques poco abordados en el teatro infantil.
“El primero en presentarse, durante cuatro domingos, será Cuentos revueltos para niños perversos, a cargo de Fabián Garza, integrante de la compañía Improtop, quien desarrolla esta montaje a partir de una adaptación libre del libro homónimo del escritor Roald Dahl.
“Se trata de una obra en la que la improvisación domina todo el tiempo el desarrollo de la historia en el escenario, pues a partir de la anécdota del cuento clásico La caperucita roja, el actor desarrolla una serie de situaciones inesperadas, sorpresivas, lúdicas y en las que la interacción con el público se convierte en el hilo conductor de todo el trabajo”.
Mientras que Francisco Serrano, director de El Lunario, reconoció que si bien el foro no es un teatro, sí tiene la capacidad de recibir espectáculos con características escénicas que se puedan adaptar al espacio disponible, porque lo que ya en otras ocasiones han presentado espectáculos infantiles.
Señaló que por las características de este par de obras, el público encontrará espectáculos para toda la familia de gran calidad, que tratan a los niños con inteligencia y respeto, al tiempo de que los padres también se divertirán con lo sorpresivo que son estas historias.
En dunde está el misterio es una obra de cabaret para niños, dirigida por Andrés Carreño, en la que los actores en escena desarrollan una serie de situaciones que llevan al público de una emoción a otra, del miedo a la risa, de la sorpresa al baile, con personajes que poseen un lenguaje propio y composiciones llenas de energía y emotividad.
Carreño detalló que en su caso, la obra se ha presentado con bastante éxito entre los niños, quienes identifican de inmediato el juego de sorpresas e interpretación de todo lo que ocurre en el escenario, lo cual hace que se diviertan y disfruten de este montaje.
“En una ocasión, presentamos la obra a dos públicos distintos, primero a uno integrado sólo por niños, y luego a otro de adultos; resultó que los pequeños entendieron completamente lo ocurría frente a sus ojos, incluso el lenguaje inventado para esta obra, que está basado en sonidos y música.
“Los adultos no fueron tan perceptivos ante esta propuesta, pero al final, fueron los niños los que acabaron por explicarle a sus papás lo que acababan de ver, algo que nos parece muy interesante, pues demuestra que las nuevas generaciones son mucho más perceptivas; una de nuestras principales intensiones, es que los niños se acostumbren a aceptar las cosas que son distintas a ellos, la otredad, algo que ocurre con poca frecuencia en el mundo de los adultos”.
Cuentos revueltos para niños perversos se presentarán los domingos 22 y 29 de enero, así como el 5 de febrero, mientras que En duende está el misterio, hará lo propio el 12, 19 y 26 de febrero; ambos espectáculos con el horario de las 13:30 horas, la cita es en el Lunario, ubicado a un costado del Auditorio Nacional.