Viena.- Con conciertos al más alto nivel, exposiciones, lecturas y festivales, Austria conmemora mañana el primer centenario del compositor Gustav Mahler, considerado hoy un precursor de la música moderna que revolucionó también a la célebre Ópera de Viena.
«Ya vendrá el momento de mi música» , dijo una vez este artista, de origen judío y bohemio, y cuyos restos reposan en el cementerio vienés de Grinzing, frente a las masivas críticas de sus contemporáneos que tuvo que soportar.
El tiempo le dio la razón, y aunque tardó bastante -entre otros porque su obra fue declarada «degenerada» por los nazis- el momento hace ya décadas que llegó.
Nueve sinfonías terminadas y una décima inconclusa, «Das Klagende Lied» (La canción del lamento») ; «Kindertotenlieder» («Las canciones a los niños muertos») y la sinfonía-ciclo de canciones «Das Lied von der Erde» («la canción de la Tierra») , se cuentan entre sus obras más destacadas.
Hoy son interpretados por las mejores orquestas y solistas de todo el mundo, y en 2010, cuando se celebraron los 150 años de su natalicio, dominaron numerosos conciertos y festivales, un jubileo que ha continúa en 2011 y vive un punto culminante mañana, cuando se cumplen cien años de su muerte.
La Filarmónica de Viena junto con la Ópera Estatal de la ciudad le dedican un programa especial, que comienza al mediodía con la inauguración de una exposición en la que se muestran todas las fotos existentes del compositor.
Nacido el 7 de julio de 1860 en Kaliste, Bohemia (actualmente República Checa) , Mahler, rechazado e incomprendido en su época como compositor, sí conquistó rápidamente popularidad como director de orquesta en toda Europa y logró, tras convertirse al cristianismo, ser nombrado director de la «Hofoper» , la Ópera de la Corte de los Habsburgo, antecesora del actual prestigioso teatro lírico vienés.
En los diez años (1897-1907) que se mantuvo en el cargo introdujo numerosas innovaciones, tanto en el estilo artístico, como en la gestión administrativa, e hizo escuela hasta nuestros días, no sólo en cuanto a la escenificación y la función de la orquesta, sino también en detalles importantes como la exigencia de que el público guarde silencio absoluto durante la función.
El francés Dominique Meyer, actual director de Ópera de Viena, le rinde mañana tributo leyendo algunas de sus cartas, en un simposio en el que también participará Clemens Hellsberg, director de la Filarmónica de Viena, una de las tradicionales orquestas cuya batuta también ostentó Mahler.
Y los filarmónicos vieneses concluirán la jornada de conmemoración con un concierto en su memoria en el que la recaudación por la venta de entradas será destinada a la Cruz Roja japonesa para ayudar a las víctimas del fuerte terremoto, posterior tsunami y catástrofe nuclear que ha azotado a la población nipona.
A otros festivales y conciertos en todo el mundo dedicados al compositor del inolvidable y triste «Adagietto» eternizado por Luchino Visconti en su película «Muerte en Venecia» , se añaden este año numerosos libros nuevos sobre su vida y obra, como sus cartas a compositores y directores editadas por Franz Willnauer.
Y la Österreichische Mediathek (biblioteca electrónica austríaca) del Museo Técnico de Viena ofrece a partir de mañana, en la página www.mediathek.at/mahler, una exposición en la web con grabaciones de cantantes del elenco de la Hofoper de la era de Mahler.
Agencia El Universal